Milenio Monterrey

El proceso electoral 2017-2018: un llamado a la responsabi­lidad

Partidos, candidatos independie­ntes, autoridade­s comiciales, gobiernos en turno y medios de comunicaci­ón tienen un gran desafío, que es la oportunida­d para mejorar la percepción negativa y acercar la política a la sociedad

- ARTICULIST­A INVITADO ENRIQUE ANDRADE GONZÁLEZ*

El proceso electoral, el cual inició el pasado 8 de septiembre, es el periodo con el que se denomina a las etapas de preparació­n y organizaci­ón de la elección, así como su calificaci­ón definitiva. Las primeras etapas tendrán una duración de casi nueve meses hasta el día de la elección, el próximo 1 de julio de 2018. Serán nueve meses en los que se desarrolla­rá la preparació­n de la elección, las precampaña­s, las campañas electorale­s y la jornada electoral; nueve meses en los que sin duda, gracias a los votos, deberá nacer el México de los próximos años, que esperemos sea un México fuerte un México sano, uno que todos esperamos con ansiedad.

Cada elección ha representa­do un cambio para nuestra vida democrátic­a. Ha quedado atrás la existencia de gobiernos de un solo partido y desde hace 20 años tenemos congresos plurales. La alternanci­a en el ejercicio del poder es una realidad tanto a escalas municipal, estatal y federal. De esta manera el voto cuenta y los resultados cuentan mucho.

Esta alternanci­a y este juego político han funcionado para ver a gobiernos de diversos partidos trabajar juntos. Nuestro sistema político constituci­onal funciona y nos ha permitido vivir en democracia y vivir en paz; sin embargo, como nunca antes, la política en México no pasa por su mejor momento. Este proceso electoral será visto como un parteaguas porque partidos, candidatos independie­ntes, autoridade­s electorale­s, gobiernos en turno y medios de comunicaci­ón tienen un gran desafío, que es la oportunida­d para mejorar esta percepción negativa y acercar a la sociedad a la política o, de lo contrario, seguir alejando a la sociedad de ella e incrementa­r la apatía, la desconfian­za y el desapego con lo público, sin saber cuál sea el límite.

No es ningún secreto que este desapego responde a que los resultados esperados con la democracia han estado por debajo de las expectativ­as generadas, a que existe un permanente cuestionam­iento a lo público, a las reglas, a las costumbres, a las formas, a los gobernante­s; pareciera ser que siempre estamos en campañas. Hoy en día contamos con una sociedad cada vez más crítica, muchas veces informada a través de las redes sociales. Una sociedad que todo lo cuestiona, que mucho rechaza. Tenemos nuevas generacion­es que no aceptan el pasado tan fácil, que está inconforme con el presente y en general comparte la decepción con la política.

Toda crisis puede ser una oportunida­d. Contamos con una riqueza social invaluable y la solidarida­d ante la adversidad que vimos hace unos días resurgir en el apoyo a los damnificad­os de los sismos de septiembre y que también hemos visto en el apoyo a los migrantes, principalm­ente con los dreamers. Una unión social que, si se traduce en participac­ión política, mucho va a beneficiar al país el próximo 1 de julio.

Es un buen momento entonces para preguntarn­os qué podemos hacer en este proceso electoral, en las precampaña­s y campañas, para que sea una oportunida­d en la que la sociedad vuelva a creer en la política, crea en las elecciones y crea en la democracia. Es un buen momento para cambiar la política;

Los resultados esperados con la democracia han estado por debajo de las expectativ­as generadas

por ejemplo, preguntarn­os si las campañas negativas, negras o de descrédito al adversario son la mejor estrategia no solamente para ganar, sino para ganar conservand­o la cohesión y el tejido social. Preguntarn­os si esta práctica de mercadotec­nia política —de videos y de escándalos mediáticos—, sin propuestas y compromiso­s, no ha sido un factor que ha llevado a incrementa­r la desconfian­za y el desapego, no solo con lo político si no con todo lo público, lo que nos hace pensar que “todos son iguales”.

Este proceso puede ser una oportunida­d para cambiar lo que no ayuda a mejorar a la consolidac­ión de nuestra democracia. Iniciamos este proceso con cuestionam­ientos ciudadanos válidos respecto a cuánto cuesta nuestra democracia, cuánto cuestan los partidos políticos y cuánto cuesta el INE, y de si vale la pena gastar tanto dinero, independie­ntemente de los reclamos genuinos sobre el uso del dinero público. Hoy en día existe un clamor social que busca el cambio de reglas sobre el financiami­ento a los partidos y el gasto electoral, un cambio que habrá que procesarse en el Congreso de la Unión.

La sociedad en estos tiempos volteará a ver a lo político. Millones de spots que se pautarán en este proceso serán la forma en que llegará la política al ciudadano y la elección a la sociedad. Considero que es una valiosa oportunida­d para aprovechar este diálogo social a fin de lograr algo positivo para el país, para incrementa­r la participac­ión política de nuestros jóvenes y de nuestros migrantes, que permita establecer propuestas reales de mejoría social en lo económico, en lo educativo, en el empleo, en el campo, en seguridad, en los salarios, en el apoyo a la reconstruc­ción y a los mexicanos que viven en Estados Unidos.

Es momento de hacer un llamado a la responsabi­lidad. Seamos responsabl­es tanto autoridade­s electorale­s, gobiernos en turno, partidos, candidatos independie­ntes y medios de comunicaci­ón, para que este proceso electoral se convierta en una solución para los problemas nacionales y no en uno adicional a los que ya tenemos como país.

Una vez más convocarem­os a los paisanos que viven fuera del país para recordarle­s que México necesita de su participac­ión política y de sus ideas y opiniones. Que hoy más que nunca, ante las amenazas que sufren en Estados Unidos, es momento de acercarse de nuevo a México y una buena forma es votando en las elecciones del próximo año. Para poder unir a los dos Méxicos es necesario que su voz se pueda escuchar y estoy seguro de que el voto que emitan para el próximo 1 de julio será una voz fuerte, que nos demostrará que aunque estén lejos del país siguen siendo mexicanos de primera. A todos ellos los invito a registrars­e para votar en la página www.votoextran­jero.mx.

Este proceso electoral es por todo esto un llamado social a la responsabi­lidad. Así lo reclaman las nuevas generacion­es, quienes esperan estemos a la altura de las circunstan­cias.

*Consejero electoral del INE. Presidente de la Comisión del Registro Federal de Electores y de la Comisión del Voto de los Mexicanos en el Extranjero. Twitter: @e_ andradeg

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LUIS M. MORALES
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