Liniers, el nerdstar de la gráfica actual
El ilustrador argentino presentó su libro Bola negra, hecho con Mario Bellatin; “los dibujantes somos graciosos, pero en cámara lenta”, asegura
Jesús Alejo Santiago/
Se llama Ricardo Siri y su segundo nombre es Liniers, con el que lo conocen sus lectores, un historietista que hacia el año 2001 comenzó a publicar sus tiras de Macanudo, y lo que vino después con la serie no lo soñaba ni en sus noches más optimistas: hoy lo reconocen casi como a una estrella del rock. Su más reciente título, Bola negra, un volumen trabajado en colaboración con el escritor Mario Bellatin, desapareció del stand de la Editorial Sexto Piso en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). “El nerdstar no es lo mismo que el rockstar, pero no me quejo; es mucho más de lo que esperaba hace mucho tiempo. Para mí fue muy importante el momento en que me di cuenta que podía trabajar de esto y que no iba a tener que hacer otra cosa. Mi trabajo es hacer lo que me gusta”, dice Liniers (Buenos Aires, 1973) en entrevista para MILENIO.
Durante estos años, como dibujante, ilustrador, pintor y muralista, ha publicado más de 20 libros, desde la recopilación de sus historietas hasta su colaboración con otros escritores, lo que le ha permitido llevar su humor y sus trazos a distintas geografías. “No me voy a quejar y lo disfruto mucho, porque nunca sabes a dónde va el libro o los dibujos… Siempre he pensado: lo está leyendo un chico que se divierte un rato y después se va a dormir, pero me han llegado fotos con sus madres en el lecho de muerte, leyéndole Macanudo. Si lo metiste en un momento importante de tu vida porque piensas que ahí habría algo, pues muchas gracias”.
Convencido de que un buen dibujante de historietas genera su propio abecedario, constituido por sus dibujos, Liniers cuenta su método de trabajo: una especie de partido de tenis entre imagen y texto, porque “no soy muy bueno haciendo historietas sin texto; el genio es Quino”.
El caricaturista añadió: “Yo necesito agarrarme del texto, porque no soy tan inteligente como Quino. Es todo el tiempo esta idea y vuelta. Yo tengo la idea de que los dibujantes somos graciosos, pero en cámara lenta: estamos pensando cuál es la palabra más graciosa. Muchas veces te vienen a decir: ‘Contá un chiste, vos que los dibujás’. Pero no puedo hacerlo: los arruino y deprimo a la gente”.
Sobre la aceptación que tiene la gráfica en la actualidad, el artista argentino reconoce que una de las razones radica en la libertad creativa; un volumen como Bola negra era inimaginable hace 20 años, “es un libro tan fuera del canon en ese momento que ni a Mario ni a mí se nos hubiera ocurrido hacer algo con él, pero ahora es un momento más libre. “La historieta, durante mucho tiempo, estuvo encerrada en un espacio muy chiquito y apocado. La palabra misma es como lo que es la opereta a la ópera o la camiseta a la camisa: algo menor. Se suponía que con ella no se podían hacer temas serios, era para superhéroes y para unos chistes. El asunto es que nos dieron libertad absoluta la industria, los editores y los mismos autores”.
Bolanegra, cuenta Mario Bellatin, apareció primero en francés dentro de una revista de fotografía; el diálogo con Liniers fue una búsqueda hacia la sorpresa que es la propia escritura, porque no sabes qué va a pasar: “Es un libro que cobra vida, otra vida; literariamente descubrió que en él hay tres estructuras muy definidas”, a decir del escritor.
Homenaje
Rius era una de las figuras permanentes del encuentro del cómic y la historieta; ahora, a cuatro meses de su fallecimiento, volvió a estar presente en el homenaje que recibió en la FIL de Guadalajara, con la presencia de varios cartonistas.
Fue una evocación del humor del personaje, presente casi en su último día, como cuando aceptaba las visitas de sus amigos no sin antes advertirles “pero no prometo seguir vivo para recibirte”, o una revisión de su personalidad, como hizo ElFisgón, quien contó una discusión entre Rius y Dios: “Y entonces comenzó a soltar una serie de aforismos que resultaban muy eficaces: ‘La ignorancia es la madre de todas las religiones’, ‘La gran mayoría de los creyentes creen que creen’, ‘Si Dios quisiera que creyéramos en él ya habría salido en la televisión’. Y en ese momento Dios decidió que lo tenía que mandar de regreso a la Tierra y por eso es posible que esté entre nosotros”.