Escuchar, el gran valor del coaching de invidentes
Un grupo de invidentes fundó hace tres años una empresa que hoy ofrece servicio a firmas como Interjet, Nafinsa y Jumex con excelentes resultados para sus empleados
Sentado en una sala que se encuentra aproximadamente a tres metros de distancia de una de sus alumnas, Raúl López distingue —por un sonido casi imperceptible— el cambio en la postura de la mujer. Esto sucedió cuando ella empezó a relatar que el coaching le ha ayudado hasta para mejorar la relación con su hijo: “¿Por qué cambiaste de postura?, ¿estás contenta?, ¿el tema de tu hijo es muy importante para ti, verdad?”, le preguntó él y ella sonrió porque, efectivamente, su máximo objetivo es ser una mejor mamá.
Hace tres años nació la empresa Coaching con Visión, una alternativa laboral para un grupo de ciegos que pusieron en juego lo que mejor saben hacer: escuchar. Hoy, este equipo de personas representa una de las mejores opciones dentro del coaching empresarial.
Aunque Raúl estudió la carrera de comunicación y cuenta con una especialidad en psicología de la comunicación humana, no había podido ejercer plenamente su profesión; un tiempo se dedicó al comercio.
Él mismo relató: “Siempre me topé con la negativa de todos. Te decían sí, nadie me dijo que no, pero si todavía siguiera esperando las llamadas que prometieron hacerme quién sabe dónde estaría”.
Verenice Hernández, por su parte, estudió administración de empresas, pero justo al terminar sus estudios empezó a perder la vista y el diagnóstico fue devastador. “La declaración del médico no la podré olvidar: ‘retinosis pigmentaria; vete a tu casa, te vas a quedar ciega y serás un mueble más sin ninguna posibilidad’. Eso se convirtió en un asunto muy fuerte para mí, como si se te estuviera yendo la vida de las manos y no la pudieras detener”, relató Hernández.
En 2013, ambos se capacitaron como coaches, junto con un grupo de 12 ciegos más, en un programa especialmente diseñado por Susie Warman, Diana Ajzen y Elena Espinal, quienes también se han dedicado al
coaching desde hace varios años. Posteriormente esto se convirtió en la empresa Coaching con Visión, una aventura que les ha cambiado la vida. “Pasé de sentirme la víctima, como una persona que no ve, a observar las ventajas y sacarlas; me di cuenta de que todo lo que yo quisiera hacer no depende de ver o no”, resaltó López.
El coaching es un método para guiar a una persona o un grupo hasta alcanzar sus objetivos, sean personajes o profesionales. Esta empresa de ciegos cuenta ya con una segunda generación especializada en desarrollo de liderazgo de empresas; su programa lo aplican vía telefónica, lo que les permite ejercitar uno de sus más preciados talentos: escuchar.
Para Diana Ajzen, una de las fundadoras de la empresa, “esta ha sido una experiencia muy enriquecedora porque nosotros, como ellos nos dicen, normovidentes, tenemos distractores. Ellos tienen un enfoque, una presencia de estar ahí que nos sorprende. Muchas veces te pueden decir ‘es que sentí que cambiaste de posición o tu respiración’, porque están presentes y detectan lo que no se escucha. Es impresionante”.
Verenice explicó: “Para nosotros es muy importante la escucha porque cuando eres ciego, en automático, tus demás sentidos adquieren una potencialización y cuando tú sales a la calle el oído se convierte en tu visión, en ese momento tienes que escuchar todo para protegerte”.
Esta diferencia, con otros representantes del coaching, les ha permitido obtener resultados en su trabajo con empresas importantes como Qualitas, Interjet, Alsea, Metalsa, Better Ware, Nafinsa y Jumex, entre otras; esta última tuvo resultados visibles en la mejora de su producción.
De acuerdo con Priscila Arredondo, responsable del área de Recursos Humanos de Jumex, “entran los coaches y cuentan sus historias, incluso, tienen maestrías, están súper preparados y hablan: No me digas que no puedes si yo puedo (...) Tú tienes todos tus sentidos, todo tu cuerpo y a mí me falta uno. “En cierta ocasión un empleado me contó que su coach le preguntó al principio ‘¿cómo estás?’, le dijo que bien. ‘¿Bien?’, cuestionó de nuevo, a lo que respondió ‘sí, bien’. El coach apuntó ‘pues no te escuchas así, o sea comunícale a tu cerebro lo que estás diciendo’. Esta coach empezó a hablar con él de esta manera. El trabajador destacó: ‘impresionante, porque efectivamente yo no estaba bien’”.
Araceli Yáñez, otra coach con discapacidad visual, señala que “éste es un proceso totalmente transformador, me ha ayudado también a darme cuenta de que hay cosas que no puedo cambiar, como en este caso mi discapacidad, pero lo que sí puedo cambiar es mi actitud ante la vida”.