Milenio Monterrey

“LO ÚNICO SEGURO ES QUE NO CENAREMOS CON LA FAMILIA”

decenas de migrantes que están de paso por la entidad será diferente. Esto porque no estarán cerca de sus esposas e hijos

- Algunas familias llevan comida a los migrantes para compartir.

La Navidad para los migrantes que están de paso por la entidad será diferente. El sazón de casa queda solo en el recuerdo y en el corazón permanece la esperanza viva de cruzar hacia Estados Unidos en busca del sueño americano.

Además de cientos de obstáculos y desgracias en su trayectos, dificultad que se acrecienta sentimenta­lmente en las fiestas decembrina­s, las personas originaria­s de Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador hoy no cenarán con sus familias en la víspera navideña.

Freddy Antonio Núñez, un nicaragüen­se de 53 años que arribó a Monterrey el 14 de diciembre, solamente tiene algo seguro: estará lejos de sus seres queridos.

El día de su llegada, hizo una parada en la Casa del Migrante Casanicolá­s, ubicada en el municipio de Guadalupe, donde pasará tiempo indefinido en espera de que las condicione­s económicas se den para que pueda viajar a la frontera e intente cruzar “al otro lado”.

“No sé todavía donde vamos a estar en Navidad, puede ser aquí, en frontera, que sí vamos a tenerla, vamos a hacerla, donde estemos, lo único seguro es que no vamos a pasarla con la familia”, comenta.

Una situación vivió Freddy recienteme­nte cuando salió de Managua, la capital de su país natal, donde dejó a sus dos hijas y esposa para cruzar a Tapachula, Chiapas, donde fue asaltado por maleantes al intentar viajar en tren.

Sin dinero, tuvo que festejar dos cumpleaños de otros viajeros en las vías, durante su viaje de cerca de tres meses.

“Cumplieron años dos ahorita en este mes, la celebramos en la vía del tren. Compramos pan, refresco, ahí la estamos celebrando, donde nos agarre”, contó.

En Nicaragua, la cena navideña consta de un pollo horneado, el cual acompañan de pan, tortilla y nacatamale­s, el equivalent­e al tamal mexicano.

“El 24 de diciembre se hace la cena navideña. Un pollo horneado, toda la familia, con pan y cuestiones así. Ya sea si quieres brindar con licor, o lo quieres hacer normal con bebida”, cuenta.

Algo parecido sucede con William Fernando González, un hondureño de 23 años que tiene casi tres meses en la Casa del Migrante Casanicolá­s, esperando que se den las condicione­s para cruzar a Estados Unidos.

“Me dieron entrada en esta casa, me han dado un tiempito porque me he portado bien, el techo que le ofrecen a uno pues es muy bueno, porque afuera pasas frío y hambre”, comentó.

Sus expectativ­as para la cena navideña son las mismas que tiene Freddy, aunque William sí contempla pasar el 24 de diciembre todavía en Casanicolá­s.

“En Honduras tenemos la tradición de comprar un puerco, para alinearlo, hacemos tamales, chicharron­es, todo eso, entre todos juntamos dinero para comprar unos dos porque somos una familia un poco grande” señaló.

Cabe señalar que para la cena navideña, existen familias que acuden a llevar la comida para compartirl­a con los migrantes presentes.

No sé todavía donde vamos a estar en la Navidad, pero sí vamos a tenerla”

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico