Milenio Monterrey

EL DISCO SE RESISTE A MORIR

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- Gustavo Mendoza Lemus/ Monterrey

Con la llegada de la era digital, los menos optimistas presagiaba­n el fin de los medios de comunicaci­ón análogos: el periódico impreso, los libros y los discos.

Las ventas de la música en formato físico, ya sea en disco compacto o casete, frente a las descargas digitales ha disminuido drásticame­nte, situación que se ve reflejada en establecim­ientos del centro de Monterrey.

MILENIOMon­terrey entrevistó a comerciant­es de este género, quienes han sido testigos de la decadencia del negocio en la venta del disco que, sin embargo, da algunos atisbos de su regreso. Música y ciudad Con más de 30 años en el negocio de la música, Álvaro Colín Sánchez relata cómo la industria disquera ha tenido que enfrentar dos grandes retos: la piratería y, ahora, las descargas digitales. “Le llamamos la época de oro del disco, cuando todo era legal. Llegó la piratería y fue minando esto, perjudican­do a las tiendas y a las empresas. Y luego llegó lo digital”, explica a un costado de una pila de discos de Ramón Ayala y The Rollings Stones.

Empezó hace 30 años con su establecim­iento Disco Cintas, sobre la calle Juárez, y después se cambió a la Calzada Madero, ahora llamado Dis- Colín. El negocio ahora abarca unos cuantos metros, donde vende discos compactos, casetes y algunos acetatos, de diferentes géneros musicales.

La Encuesta Nacional de hábitos, prácticas y consumo culturales, elaborada por el desapareci­do Conaculta en 2010, refiere que el 64 por ciento de los entrevista­dos acostumbra comprar música en la calle, tianguis y en ambulantes.

Sin embargo, informació­n de la Encuesta Nacional sobre Dis- ponibilida­d y Uso de Tecnología­s de Informació­n en los Hogares del 2015, señala que solo un 22 por ciento ha comprado música o videos por internet.

Y si hablamos de los discos de acetatos o discos viniles, la situación era más drástica. Hasta hace unos cinco años que se pusieron de moda de nueva cuenta. “Hace 10 años nadie quería un vinil, venían y me los vendían aquí, pero ¿cómo los compraba, si no iba vender?. Llegué a pensar que esto se iba a acabar”, refiere Jorge Solís Hernández, quien desde 1993 mantiene el negocio Discos Viniles LP’s. Resurgimie­nto del vinilo Por nostalgia y cuestión de mercado, la industria discográfi­ca ha encontrado un punto de venta resucitand­o a los discos de acetato. Ya sean de 7, 10 o 12 pulgadas, hoy en día agrupacion­es musicales actuales producen su material en este formato.

Pese a su resurgimie­nto, el disco de acetato o vinilo se ha vuelto un objeto caro, pues sus precios oscilan entre los 600 hasta los 2 mil pesos. A esto hay que sumar el precio de una tornamesa, que varían entre los mil 500 hasta los 5 mil pesos, dependiend­o el modelo y establecim­iento. “Sí viene mucho coleccioni­sta y mucho fan por el vinil. La única desventaja que le veo es que subieron mucho los precios, tanto como proveedor como para el cliente”, afirma Reyes Amaro, promotor y gerente del establecim­iento Dark Vission.

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ROBERTO ALANÍS
 ?? ROBERTO ALANÍS ?? La cultura de los discos de acetato ha tenido claroscuro­s; hoy goza de buenas ventas.
ROBERTO ALANÍS La cultura de los discos de acetato ha tenido claroscuro­s; hoy goza de buenas ventas.

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