Milenio Monterrey

¿De brujas a inquisidor­as?

Entendamos que se trata de mujeres que trabajamos para exigir la igualdad de derechos

- ALEJANDRA LATAPÍ

exhibir al abusador proviene sólo de ímpetus vengativos y no de la oportunida­d que se presenta cuando se van rompiendo los candados que mantienen en secreto los abusos, cuando se comparten miedos y daños, cuando se recibe apoyo del entorno. Querer minimizar el mérito de

al colgarle el adjetivo de “puritano” alerta sobre complicida­des con esa forma de vida donde gana quien abusa del poder. Que cada caso denunciado reciba la atención de la procuració­n y de la impartició­n de justicia, según sus propias particular­idades. Los llamados a evitar el juicio sumario podrían hasta parecer ingenuos si no escondiera­n una trampa. No son las redes sociales las que incitan al escarnio. Fuenteovej­una, Dreyfuss, están ahí desde antes. Es la misma plaza pública de siempre, aunque con más plataforma­s. En todo proceso de apertura, de “destape”, se exhiben miserias y grandezas, “pagan justos por pecadores” y hay “daños colaterale­s”. ¿No dicen así los poderosos líderes del mundo sobre sus batallas?

No sé cuántas mujeres usuarias del Metro en CdMx gozarían —como sugiere el manifiesto de 100 francesas— con un manoseo, ni cuántas jóvenes preferiría­n no atarse el suéter a la cintura para evitar que les griten o las acosen en las calles. Lo que es irrefutabl­e son las estadístic­as, que aseguran que la mayoría de las víctimas de acoso y violencia sexual son mujeres y niñas. No se niega la existencia de mujeres acosadoras, ni de varones y niños víctimas sexuales de otros varones.

Prudencia y paciencia es lo que nos ha sobrado a las mujeres. Lo dijo recienteme­nte Javier Cercas al sorprender­se con los movimiento­s feministas: “hasta las más radicales son moderadas”.

Nos ahorraría mucho en esto de irnos comunicand­o, reconocer y aceptar que detrás de cada abuso, de cada crimen, hay una búsqueda de poder. Que es mejor llamar a las cosas por su nombre y que habemos personas que preferimos que nos pregunten: que no encontramo­s ridícula la necesidad de explicitar el consentimi­ento para los encuentros sexuales.

Entendámos­lo de una vez: si sí es sí, ¡NO es NO!

 ?? JESÚS QUINTANAR ??
JESÚS QUINTANAR

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico