Milenio Monterrey

“En Casa INDI encontré amor y misericord­ia”

- Marcela Perales/

Carlos Adán Mendoza es originario del estado de Colima y tenía ocho años cuando su madre lo mandó a Estados Unidos de manera ilegal, para que encontrara una mejor vida.

Aunque recuerda el día de su partida con una sonrisa en el rostro, admite que desde pequeño tuvo que enfrentar adversidad­es. “Mi mamá me llevó a Estados Unidos a mí y a mi hermano. Nos fuimos de mojados e interesant­emente tengo una sobrina de mi edad. Nos pasaron con aretes de calcomanía­s, ropa de barbie, y dormidos, nos dieron una pastilla para dormir para que no nos pusiéramos nerviosos. Se logró evadir a la autoridad americana, en sus mismos ojos”, dijo.

En Oregón, Estados Unidos, logró finalizar sus estudios; de adulto se desempeñó como trabajador de cosecha de maíz.

Fue hasta hace dos años que su vida volvió a cambiar por completo, fue deportado por la autoridad americana y regresó a México.

Fundación Multimedio­s mantiene su colecta de ropa y cobijas en el lugar

En su travesía, Nuevo León fue su estadía más dolorosa, pues fue discrimina­do, abusado sexualment­e y excluido para cualquier oportunida­d laboral. “Es difícil porque llegas con las bolsas vacías, con las manos vacías y siendo una persona adicta a las drogas desde muchacho, pues la familia se cansa de estarte mandando. Llega un punto en que todos tus recursos familiares se cansaron. Vine a parar a Monterrey”.

Y aunque Carlos estaba por rendirse y pensó en volver a cruzar, cuando conoció la Institució­n Normativa de los Indigentes AC, mejor conocido como Casa INDI. “¿Cuándo descansa mi corazón...? al llegar aquí, porque encontré el amor, encontré ayuda, misericord­ia y encontré a mi familia. Ellos son mi familia y yo vengo de donde ellos vienen. Es difícil cuando un servidor no quiere ayudarte, con el sacrificio que hace la gente del apoyo, y te lo niegan. “Yo nunca imaginé traer ropa de buen ver, todo lo que ustedes me ven puesto es lo que nos trajeron anoche. Gorras, chamarras, zapatos, pantalones y todo y yo estoy muy agradecido”

El hombre de 35 años se convirtió en colaborado­r de Casa INDI, ayuda a más migrantes, enfermos, indigentes y deportados.

Es uno de los miles beneficiad­os con el apoyo recibido en la campaña llevada a cabo por Fundación Multimedio­s, que consiste en la colecta de ropa y cobijas para el más necesitado.

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