ARTICULISTA INVITADO
Hay que concentrar esfuerzos en aumentar la cobertura y la calidad educativas en los estados más pobres, con acciones y metas concretar para cerrar la brecha
¿Qué proponen los presidenciables para mejorar la educación superior?
Más allá de la vorágine de anuncios publicitarios, discursos, ataques y acusaciones que inundan los medios de comunicación y las redes sociales en este periodo electoral que apenas arranca, es imprescindible que los ciudadanos reflexionemos de forma seria sobre las propuestas de cada proyecto de nación que ofrecen los aspirantes presidenciales. Hacerlo es indispensable para tomar una decisión informada. Debemos analizar no solo qué nos propone cada aspirante, sino más aún, cómo planea lograrlo y con ello evaluar su viabilidad.
Las campañas políticas suelen estar plagadas de buenas intenciones, idealismos, discursos que apelan a las emociones más que a la razón, e incluso de ideas lanzadas al aire de forma improvisada. Es una buena noticia que el INE haya aprobado tres debates presidenciales, pues por lo menos obliga a los candidatos a preparase y debatir con sus oponentes. Considero iluso esperar un diálogo de propuestas y contrapropuestas de alto nivel, pues me temo que la costumbre se impondrá y los debates tendrán más acusaciones que propuestas y más forma que sustancia.
Mientras eso sucede, veamos qué nos propone cada uno en materia de educación superior.
Andrés Manuel López Obrador, en su proyecto de nación 2018-2024, señala que dejarán de ser obligatorios los exámenes de admisión que solo han servido para convertir la educación en privilegio de unos cuantos, cuando es un derecho de todos, y que ningún joven será rechazado al ingresar a escuelas preparatorias y universidades públicas, es decir, habrá 100 por ciento de inscripción.
Por otra parte, el proyecto es acertado al proponer el reconocimiento a la autonomía a las universidades privadas que han alcanzado altos estándares de desempeño, permitiendo un nuevo esquema de colaboración que fomente la inversión e innovación en la educación superior.
Contar con una propuesta moderna y pertinente para la educación superior pública y privada que introduzca una lógica de mejoramiento académico, y que reconozca la diversidad de las instituciones es fundamental para promover una educación superior de calidad.
El precandidato José Antonio Meade aún no ha brindado muchos detalles sobre sus propuestas para mejorar la educación superior, pero de ser Presidente, es probable que continúe con la línea de la presente administración, la cual ha puesto el tema educativo en el centro de la agenda gubernamental con la aprobación de una reforma educativa de gran calado.
Si bien esta reforma se concentró en la educación básica, también se registraron avances importantes en materia de educación superior, como un aumento en la cobertura (aunque no se llegará a la meta de 40 por ciento, si se cuenta la modalidad no escolarizada, se ha alcanzado una cobertura de 37.3 por ciento), y un incremento importante en las becas para estudiantes indígenas. Uno de los principales pendientes ha sido proponer cambios regulatorios para impulsar un sistema de educación superior moderno.
El aspirante de la coalición Por México Al Frente, Ricardo Anaya, sugiere reformar la educación superior creando un nuevo marco normativo que estimule y permita la flexibilidad, adaptabilidad, vinculación entre instituciones, internacionalización, investigación y creación del cono- cimiento, la seguridad jurídica y la seguridad financiera de las instituciones a cargo del Estado. Todo ello suena muy bien, pero una vez más, no queda claro con qué líneas de acción o estrategias lo logrará, por lo que habrá que esperar mayor información para poder evaluar su factibilidad.
Sería deseable escuchar propuestas innovadoras para mejorar el panorama de la educación superior, pensar “fuera de la caja”. Si se aspira a una educación superior con mayor equidad, hay que concentrar los esfuerzos en aumentar la cobertura y la calidad de la educación en los estados más pobres, con acciones y metas concretar para cerrar la brecha, con una mayor coordinación de los diferentes niveles educativos y entre autoridades federales y estatales.
Una propuesta innovadora en esta dirección sería por ejemplo implementar la deducibilidad de los seguros educativos para licenciatura para impulsarlos y lograr que se vayan amortizando los costos de los estudios desde los primeros años, como sucede en países desarrollados. Se debe pensar también en impulsar modelos de educación superior alternativos más cortos y con un enfoque práctico, como el modelo técnico superior universitario.
Espero que a medida que las campañas avancen, contemos con información más precisa sobre el rumbo que proponen los aspirantes sobre este y muchos otros temas que definirán nuestro futuro para los siguientes seis años. Los ciudadanos tenemos la importante tarea de exigir más propuestas y menos retórica. Ojalá y uno de los tres debates del INE se concentrara en educación, la importancia del tema para vivir en un país con más desarrollo y más equitativo lo amerita.