Milenio Monterrey

EL EJÉRCITO COMBATIRÁ A CRIMINALES EN RÍO

Temer ordena la intervenci­ón de las fuerzas armadas en Río de Janeiro ante el control del crimen organizado

- POR JORGE SVARTZMAN-AFP/RÍO DE JANEIRO Despliegue militar no visto desde el fin de la dictadura.

El presidente brasileño, Michel Temer, ordenó este viernes que el ejército dirija la lucha contra el crimen organizado en el violento estado de Río de Janeiro para evitar que esa “metástasis” se siga propagando por todo el país.

La intervenci­ón federal en el área de seguridad de Río es una medida inédita desde la restauraci­ón de la democracia en 1985 pero que, según Temer, se justifica por el descontrol imperante en el segundo estado más rico de la mayor economía latinoamer­icana.

“El crimen organizado casi tomó el control” de Río y se ha convertido en “una metástasis que se propaga por el país y amenaza la tranquilid­ad de nuestro pueblo”, advirtió el mandatario tras firmar en Brasilia el decreto. El año pasado hubo más de 18 homicidios por día, agravado por falta de pago a policías

La medida, que regirá hasta fines de diciembre, cuando concluya su presidenci­a, supone que las fuerzas armadas asuman el control total de las operacione­s de seguridad y comanden a los distintos cuerpos policiales y el sistema carcelario. Tiene efecto inmediato, aunque en un plazo de 10 días el Congreso deberá ratificarl­a.

El intervento­r al mando de todas las tropas será el general Walter Souza Braga Neto, actual comandante de la región militar del Este y coordinado­r de operacione­s durante los Juegos Olímpicos de 2016.

La grave situación de violencia en Brasil se vio agravada en Río por la virtual bancarrota del estado, que paga con meses de atraso los salarios de sus funcionari­os, policías incluidos.

Solo en 2017 hubo más de 18 homicidios intenciona­les por día en ese estado, según el oficial Instituto de Seguridad Pública (ISP).

Los tiroteos entre traficante­s y agentes se volvieron constantes con muertos por balas perdidas aumentando cotidianam­ente.

“No podemos aceptar pasivament­e la muerte de inocentes. Es intolerabl­e estar enterrando padres y madres de familia, trabajador­es, policías, jóvenes y niños, y viendo barrios enteros sitiados, escuelas bajo la mira de fusiles y avenidas transforma­das en trincheras”, proclamó Temer.

El desencaden­ante de la interven- ción de Río fueron los desbordes del reciente carnaval, durante el cual se multiplica­ron los asaltos a mano armada y las agresiones en la capital estatal.

La intervenci­ón no está exenta de cálculos políticos en momentos en que Temer, que bate récords de impopulari­dad, tiene dificultad­es en hacer avanzar su principal proyecto —la reforma de las jubilacion­es— y se encuentra en la mira de posibles nuevas investigac­iones por corrupción.

“Temer está haciendo muchas cosas para desviar la atención”, asegura David Fleischer, profesor emérito de ciencias políticas de la Universida­d de Brasilia.

El jefe de Estado se jactó este viernes de haber sacado al país de la peor recesión de su historia y ahora se propone “restablece­r el orden” en Brasil.

Cuando faltan poco más de seis meses para las elecciones, los rumores de que Temer evalúa la posibilida­d de presentars­e como candidato, ante la ausencia de figuras de centrodere­cha, despuntan con fuerza.

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RICARDO MORAES/REUTERS

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