La contaminación asesina
Monterrey y su área metropolitana está ubicada en el nada honroso primer lugar del ranking nacional, como la urbe más contaminada del país, por encima de la Ciudad de México, Toluca, capital del Estado de México; o Salamanca, Guanajuato.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud señalan que la capital regiomontana y su metrópoli está en niveles de 86 PM10 (partículas menores a 10 micras), lo cual significa que la calidad del aire que respiramos es pésima.
La OMS afirma que esto representa un grave problema ambiental y de salud para todos los que vivimos en alguno de los 12 municipios del área metropolitana.
Desde hace no menos de 20 años, si no es que más, vengo escuchando a Guillermo Martínez Berlanga advirtiéndonos de esta situación y, lejos de hacerle caso, algunos lo juzgaron loco.
Como periodista, muchas veces lo consultábamos, pues era el único ecologista que denunciaba lo que ahora está sucediendo.
No por nada a principios de año hubo una precontingencia ambiental, ya que andamos en niveles superiores a los 165 puntos Imeca, con lo cual hubo un incremento en enfermedades respiratorias como la faringitis, rinitis y sinusitis, agravadas por las bajas temperaturas.
Otro que parece gritar en el desierto es Enrique Burguete, activista de San Pedro, quien en varias ocasiones me ha externado su preocupación por esta problemática.
Lo lamentable es que pocos como Guillermo y Enrique parecen compartir esta preocupación, y tal vez por ello las autoridades no actúan para remediar de fondo el grave problema de nuestra entidad.
Tampoco se necesita ser un experto en la materia para dictaminar que las pedreras, el lecho seco del río Santa Catarina y los casi millón y medio de vehículos, así como las empresas son el origen y la causa.
Hace algunos años llegué a pensar que gente como Martínez Berlanga exageraba, pero ahora creo que todo ese veneno que respiramos nos costará miles de millones de pesos en medicamentos, que pudieron invertirse antes para remediar lo que ahora parece ya no tiene remedio.