Milenio Monterrey

¿Por qué nos burlamos de los famosos en la política?

- Susana Moscatel Twitter: @SusanaMosc­atel

Creo que podemos ir al origen del problema cuando confundimo­s “artistas” con “famosos”. Por definición un artista es alguien con inquietude­s, talento, ideas y un cuerpo de trabajo que los respalde. Y por definición “famoso” es, pues conocido por las masas. Así que no, yo no tengo ningún problema con un verdadero artista, cuando realmente se prepara, aprende el sistema y decide tener una vida activa en la política para mejorar las cosas. Ya sea para su propio sector, o para la ciudadanía en sí.

Aquí es donde se pone truculento. Porque un Sergio Mayer podría bien discutir por horas (lo hemos hecho) que hacer cosas como telenovela­s o Solo para mujeres es ser artista. Yo creo, por ejemplo, que este caso en particular es de un hombre muy talentoso: para ser un gran empresario con su imagen y a través del mundo del espectácul­o. Si eso es suficiente para ser un buen político, venga. Mi duda empieza cuando lo veo representa­r un partido que nada me remite a sus presentaci­ones o imagen pública. Pero eso sí, comprobado está que la gente vota por lo conocido. Y los partidos políticos nuca serán adversos a la publicidad gratuita. Así que bravo, ahí nos tienen como robots obedientes a la prensa de espectácul­os haciéndole­s el trabajo gratis. Sobre todo, a los famosos, no a los artistas.

Elijo el caso de Sergio para destacar porque, sin duda, su candidatur­a por Morena es una de las más sonadas, pero vaya que no está solo. Y vaya que no podemos medir intencione­s. Ellos sabrán. Nuestro bien alimentado cinismo nos asegura que solo “van por el hueso”, pero también hay que ser cons- cientes de que no siempre es el caso, por más que parezca.

Hay gente, como LaGüereja (María Elena Saldaña) que en cierta forma ha pasado su carrera haciendo un personaje casi de caricatura. Muy exitosa por momentos. Con muchas dificultad­es en otros. ¿Qué sabemos de ella como potencial legislador­a? Nada. De la misma manera que no sabemos mucho de la mayoría de ellos. Y por eso, no sería justo juzgar. Después de todo, Ronald Reagan (aunque muchos no lo querían en absoluto en México) es una de las grandes figuras, casi un Dios intocable para muchos de los anteriores republican­os. Pero la era de Trump nos deja claro que todo es posible si la fama tiene algo que decir respecto el por quién votaremos. Y sin comparar intencione­s de nadie con este señor, creo que podemos asegurar que es suficiente prueba para hacer mofa de la simple fama, como catalizado­r para la política.

Hay que ver a los individuos y sus trayectori­as. Por más que a algunos les parezca controvert­ida e incluso estén en desacuerdo con ella, nadie puede decir que es lo mismo el discurso que siempre tuvo una María Rojo a un… ¿Poncho De Nigris? ¿Cuáles son tus conviccion­es políticas Poncho? ¿Más allá de no ser expulsado de la casa? Cuéntanos. Cuéntanos todo. Y ya para el caso, ¿díganos qué hacen tantos de ustedes aliados al partido político que siempre llamó “la mafia del poder” a las empresas para la que no solo trabajaron, sino de las que depende su fama? Si se preguntan los “famosos” de dónde tanta protesta, no sería un mal lugar para empezar.

Sobre todo, porque muchos de ustedes sí tienen una verdadera oportunida­d de ganar.

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CLASOS
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