Milenio Monterrey

La serie de los candidatos

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Casi nunca escribo dos veces de una serie que se acaba de estrenar, pero si no lo hago sobre ésta, me va a dar algo.

¿Por qué? Porque ya la terminé de ver y creo que me quedé corto con las cosas que le dije el viernes pasado.

Aquí en la tierra es una obligación para el pueblo de México hoy más que nunca.

Si usted le va a Andrés Manuel López Obrador, a Ricardo Anaya, a José Antonio Meade, a Margarita Zavala, a El Bronco o todavía no sabe por quién va a votar, la tiene que ver.

Ahí se dicen cosas que nunca se habían dicho en una serie de televisión y de una manera completame­nte diferente.

Se trata de un retrato insólito de la realidad nacional, de nuestra clase política, de nuestro pueblo, de nuestros hombres, de nuestras mujeres, de nuestros adultos, de nuestros jóvenes. ¡De todos!

Y no, aquí no hay mensajes proselitis­tas, indirectas para algún gobernante o una mala copia de House of Cards.

Aquí hay algo mucho más profundo, algo supercríti­co, algo que nos involucra a todos.

Por lo mismo, no hay manera de jugar al melodrama. Ni todos los personajes son buenos, ni todos los personajes son malos. Todos, absolutame­nte todos, son buenos y son malos.

Son como somos y eso convierte a esta producción original de Fox en un tema que se tiene que discutir tanto en medios tradiciona­les como en redes sociales.

¿O qué, a usted no le mueve el tapete ver lo que sale ahí de un señor que se convierte en candidato presidenci­al?

¿A usted no le llama la atención lo que se dice ahí de la construcci­ón de un aeropuerto, de la manipulaci­ón de la prensa o de la depravació­n de algunas personalid­ades?

Si usted fue público de grandes éxitos cinematogr­áficos de corte político como El infierno, La ley de Herodes y La dictadura perfecta, aquí va a tener varios orgasmos seguidos, porque esto es televisión, pero televisión de otro tipo.

¿Televisión premium? Sí, pero yo agregaría otra denominaci­ón: Aquí en la tierra es televisión de autor.

Cuando uno mira televisión premium siente el peso de las grandes casas productora­s o, en el mejor de los casos, el de los más famosos productore­s.

Cuando uno mira Aquí en la tierra siente el peso de los directores y eso es rarísimo en esta industria. ¡Aprécielo! ¡Celébrelo! Es una conquista.

Hay tres capítulos dirigidos por Everardo Gout ( Días degracia), dos por Alonso Ruizpalaci­os ( Güeros), uno por Mariana Chenillo ( Cinco días sin Nora), uno por Gael García Bernal ( Mozart in the Jungle) y uno por Adrián Grunberg (asistente de dirección de Sense8) y sí se siente.

Cada episodio de esta joya tiene su propio estilo audiovisua­l sin dejar de formar parte de un todo armónico que vale como la mejor de las películas que usted puede ver en la Muestra Internacio­nal de Cine o en el Foro de la Cineteca Nacional.

Sí es importante que entienda esto, porque en contraste con la serie que usted quiera, guste y mande, Aquí en la tierra rompe esquemas narrativos.

En un capítulo la cámara corre al lado de los personajes. En otro, escuchamos los sonidos del mar, mientras estamos a kilómetros de distancia.

Y la cámara aterriza con los aviones, y se monta en una bicicleta en Canadá.

Y las imágenes que están en un plano salen de foco para que las que están en otro brillen mientras que en el episodio que sigue la atmósfera se tiñe de azul, de luces o de sombras.

No se trata de hablar mal de los políticos, se trata de hacer arte.

Y si usted es de las personas que odian la política. ¡Qué cree! Aquí en la tierra tiene otros contenidos igual de fascinante­s, pero todavía más duros.

Porque si usted pensaba que la corrupción política era lo peor de lo peor, le tengo noticias: hay otros tipos de corrupción que flotan en el ambiente, que son tan sucios que nadie los quiere mencionar y que salen en esta serie.

Al lado de la monstruosi­dad humana que se denuncia en Aquí en la tierra, la corrupción de nuestros políticos es nada.

Ahí está su verdadera fuerza, su ventaja competitiv­a en los mercados internacio­nales.

No le voy a vender trama, pero cuando usted vea esas escenas en los salones de baile, en el Metro, en las habitacion­es de los hoteles, en los antros, en los aviones, en las sesiones fotográfic­as, en las carreteras y en otros tantos lugares más va a tomar conciencia de muchas cosas al igual que los personajes de este concepto.

¿Cómo le hice para ver todos los capítulos de Aquí en la tierra? Me los aventé todos, uno tras otro, en la app de Fox.

Mientras que los canales del paquete Fox Premium la están transmitie­ndo a su ritmo, en la app de FOX ya está toda la temporada uno para que los amantes de la mejor televisión la devoren de inmediato.

Casi nunca escribo dos veces de una serie que se acaba de estrenar, pero en este caso lo tenía que hacer. Cuando usted vea completa Aquí en la tierra me comprender­á.

De veras que sí.

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ALFONSO MANZANO Si usted fue público de El infierno y Ladictadur­aperfecta, aquí va a tener varios orgasmos seguidos.
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Álvaro Cueva alvaro.cueva@milenio.com

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