La era de la migración
El migrar para una persona es mucho más que salir de su lugar de origen. Atrás va dejando miedos, pero con el precio de enfrentar otros incluyendo los riesgos emocionales y psicológicos, los cuales son impredecibles.
La caravana migrante en México es un reto político, social, económico y humano. Aunque su paso por el territorio nacional sea para llegar a Estados Unidos, su estancia aquí ha generado aceptación, rechazo e indiferencia por la falta de preparación para mentalizar a la ciudadanía que es un fenómeno del que hemos participado siempre, lo que impacta ahora es su formato en grupos organizados.
El pueblo mexicano no sabe qué ocurre y a qué se está enfrentando.
En contraparte, los migrantes viven la incertidumbre y la confusión, pues en su travesía pueden sufrir abusos físicos y sexuales, bajo ninguna protección legal.
La “era de la migración”, llamada así por el sociólogo Stephen Castles y el politólogo Mark Miller, es producida debido a la globalización.
Pero el éxodo no solo está cambiando las políticas de seguridad y las relaciones diplomáticas, también el pensamiento y el sentimiento de los individuos.
En términos de educación e integración generará sociedades más plurales y conscientes. Hay más de 258 millones de inmigrantes, según la ONU, de los cuales el 74% está en edad laboral.
La caravana es una prueba para México para ver su capacidad de adaptación. Aunque es un país hospitalario, la población se pregunta si el gobierno está haciendo lo correcto al permitir el acceso ilegal a personas provenientes en su mayoría de Honduras, Guatemala y El Salvador.
En paralelo, hay miles de mexicanos también migrantes que dejan sus hogares para aspirar a una situación mejor en el país vecino, pero en el camino muchos no han sido ayudados con alimento o transporte.
El mundo está cambiando, el movimiento de la población no es un problema temporal, seguirá como algo permanente, que nos hará explorar la capacidad creativa y humana para innovar formas de adaptación e integración en búsqueda de una convivencia pacífica.