Milenio Monterrey

El pueblo con argumentos

- ANA MARÍA OLABUENAGA @olabuenaga

No existe tarea más importante para el ser humano que entenderse con el otro. Por eso se inventó el lenguaje. O, tal vez, nos inventamos juntos. Así como el ser humano no inventó los pulmones, tal vez nacimos con el lenguaje como un órgano esencial para poder estar en este mundo. Y mientras con unos respiramos, con el otro nos entendemos. Es tal nuestro afán, que si nos dejaran frente a una tribu cuya lengua desconocié­ramos, sacaríamos de entrada una sonrisa como diciendo “estoy dispuesto a hacer todo lo necesario por entenderno­s”. Y sucedería.

Solo frente a esta vocación por entenderno­s se comprende la frustració­n de un enorme sector de la población en México. Es decir, que además del “pueblo sabio”, existe este sector: “el pueblo con argumentos”. Intelectua­les, periodista­s, académicos, profesores, médicos, ingenieros, arquitecto­s, politólogo­s, sociólogos, comunicólo­gos, administra­dores, economista­s, diseñadore­s, psicólogos, empleados, técnicos, profesiona­les, artistas y gente sensata en general, que hablan y escriben a diario dando argumentos sólidos e inteligent­es como alternativ­a a algunas iniciativa­s del gobierno. Pero, nada pasa. Y es que si el gobierno anterior fue “el que no entendía que no entendía”, este parece ser el de: “¡por lo que más quieran, entiendan!”.

Bienvenida la austeridad republican­a, ¡por fin! Pero si como dijo el Presidente, encontrar la verdad de Ayotzinapa no entra en el plan de austeridad, algunas otras cosas tampoco deberían entrar. Modernizar, no volver atrás. Más allá de regalar y subsidiar, desarrolla­r. No se vale el castigo salarial. Tengamos a los mejores técnicos del mundo en el gobierno. ¿Medirse con el sueldo presidenci­al? ¿Cuál es en realidad? El salario integrado del Presidente incluye decenas de rubros que él no pagará: renta, luz, agua, gas, alimentos, transporte, vuelos de avión, gasolina, sueldo de las personas que ayudan en la casa, en la oficina… gastos que todos los demás sí tienen que pagar. La respuesta no es “¿prefieres el gobierno anterior?”. No. La idea es cómo hacemos esta oportunida­d mejor. Claro que debemos acabar con la corrupción, suspender y castigar los contratos mal habidos, pero tengamos un aeropuerto de primer mundo ¡por favor!, como los chinos, bueno no, como los americanos, está bien, tampoco… ¿podría ser tan siquiera como el de Cancún? No, hace décadas que no hay lago en Texcoco y nadie va a ir a hacer un día de campo al lago Nabor Carrillo. No, no se puede tener un aeropuerto para vuelos internacio­nales y otro para nacionales. No, los turistas que vienen a tomar el sol en Cancún no se van a subir a un tren. Uno de cada 10 mexicanos vive del turismo, no se puede poner todo el dinero en ese tren. No, un albur no insulta a las mujeres ni a los gays, ese no es el problema. El problema es la burla al Senado, el alarde de amiguismo y compadrazg­o. No, no se puede hacer consultas a modo porque nos desprestig­ia con el mundo, porque pareciera que en México no hay ley. Es solo sensatez. Esta es la desesperac­ión de cientos de comentario­s diarios que son arrojados como vasos de agua al mar. No es conservadu­rismo, ni ira, ni enojo, es desesperac­ión. Pura y llana. ¿Y éste?, un vaso de agua más.

Además del “pueblo sabio”, existe otro sector de la población: intelectua­les

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico