De regular a malo
En los últimos seis meses del año solo tuvimos buena calidad del aire durante 24 horas, el resto del tiempo estuvimos en “regular”, sea lo que sea que eso signifique.
Los ciudadanos sabemos que nos está afectando; lo sentimos en las infecciones respiratorias recurrentes, en los ojos inflamados, en la garganta siempre irritada, incluso en la piel, pero no tenemos idea de cómo prevenir este tipo de situaciones.
No hay campañas institucionales de salud para saber que hacer cuando los niveles de contaminantes se vuelven peligrosos. Es fundamental que la gente sepa lo que debe y no debe hacer, no solo para cuidar su salud, sino para contribuir a reducir los índices de la contingencia lo más rápido
posible.
Los números que presenta en su nota César Cubero se menciona que en el primer semestre del año finalizó con mil 315 reportes de calidad del aire regular, el 55.58 por ciento del total de 2 mil 366 registros. Además de 876 reportes de calidad del aire mala, el 37.02 por ciento; 144 registros de calidad de aire buena, el 6.09 por ciento. Y 11 reportes de calidad de aire muy mala, el 0.46 por ciento; 8 de extremadamente mala, el 0.34 por ciento; y 12 sin registro, para un 0.51 por ciento.
No existe en Nuevo León una ruta clara de las acciones que están tomando las autoridades para prevenir la contaminación de aire, incluso la Ley de Cambio Climático, que dotaba al Poder Ejecutivo y a los municipios para intervenir en la regulación de las emisiones de la industria fue vetada en primera instancia por el gobernador Jaime Rodríguez Calderón.
La Ley de Movilidad, que busca entre otras cosas una reestructura del transporte público, que también reduciría la emisión de gases producto de la combustión de los vehículos, también está parada; sobre la regulación de las pedreras, mejor ni hablar, el gobierno estatal nunca ha sido claro acerca de cuántas operan, si tienen permiso, si cumplen los estándares que ellos mismos impusieron, nada.
Pero lo más grave es la falta de información. Esta nube gris que se cierne sobre nosotros un día sí y el otro también. Esa que prefieren ignorar como si nada pasara. ¿Hasta cuándo?