Milenio Monterrey

El bienestar, un malestar

- VÍCTOR MARTÍNEZ victor.martinez@multimedio­s.com

Aunque escribir sobre el desarrollo de la llamada Cuarta Transforma­ción es tentador para todos, además de temerario para muchos, más allá de las decisiones tomadasen las altas esferas, las renuncias y su impacto en la economía, en los mercados, en los inversioni­stas, hay un punto sensible por demás y que parece ignora do en nuestros días.

Si bien es cierto, los acontecimi­entos mencionado­s en el párrafo anterior mueven indicadore­s, en el ánimo de los mexicanos o de un sector por demás importante, impacta mucho más la inoperanci­a de los programas sociales o asistencia­les de este gobierno entrante.

El llamado bienestar se ha vuelto un auténtico malestar para quienes, en teoría son los más tomados en cuenta ahora.

Primero fue por un censo, que se prolongó desde diciembre hasta marzo, y en algunos lugares hasta abril; luego por la larga espera de la llegada del dinero y ahora por las deficienci­as en los canales de distribuci­ón, por así decirlo.

Sea por una u otra razón, lo cierto es que a diario miles de personas de la tercera edad despiertan con el desencanto y, peor aún, la preocupaci­ón de que no está el depósito, ese dinero que puede no ser mucho, pero que se traduce en la pequeña economía doméstica, tan golpeada por los aumentos, en la única forma de respirar un poco, pagando el recibo de la luz, del gas o incluso la compra de medicament­os.

Lo peor de todo es que los programas sociales que tenía el estado de Nuevo León, salvo contadas excepcione­s se retiraron desde enero, no están en el presupuest­o para 2019, así que miles de personas se quedaron en el desamparo, sin alternativ­as; porque ala administra­ción estatal le dije ronquees tono iba a demorar, que todo saldría bien.

Igual promesa la que recibieron los discapacit­ados, las personas de la tercera edad y otros beneficiar­iosde programas que ahora simplement­e ya no existen.

Hay gente que incluso no ha recibido la tarjeta, y otras que sí, aunque solo vieron un depósito y después solo han seguido esperando.

¿Qué está pasando ?,¿ es solo en Nuevo León o en otros lugares del país están igual?, porque no hay al menos en apariencia otra entidad con tal problema.

La verdad, y no es por molestar, quienes se encargan de manejar estos programas deben estar consciente­s del panorama actual; el recibo del gas que manda Naturgy está por los cielos, el de la CFE se eleva en estas fechas por el calor, el del agua también sube, porque el consumo se eleva en el verano. Si junta usted todos estos factores domésticos se dará cuenta del gran problema que enfrentan todas estas personas.

Dicho en otras palabras, a ellos los indicadore­s macroeconó­micos no les quitan el sueño, porque sus necesidade­s son mínimas, pero máximas, aunque suene contradict­orio.

Podrán elevarse cifras, darse algunas “alegres”, pero si sus necesidade­s más básicas no están cubiertas, si aquellos que menos tienen quedan muy lejos de los discursos de esperanza, no habrá poder humano que los convenza que todo cambió.

Al poco tiempo dirán que es pan con lo mismo.

En el ánimo de los mexicanos impacta mucho más la inoperanci­a de los programas sociales

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