Las crónicas del taco
Era urgente, impostergable: el taco tenía que protagonizar una serie. La cocina mexicana se hizo competitiva en términos de la llamada alta gastronomía justamente cuando volteó hacia el taco —no nada más hacia el taco, pero en gran medida hacia él—, es decir, cuando Enrique Olvera, y Mikel Alonso, y Jorge Vallejo, y Daniel Ovadía, etcétera, se asomaron a las parrillas fritangueras a pie de calle para iniciar un diálogo entre ellas y la cocina francesa, la de autor, la española o las del Oriente Medio y Lejano, sin mencionar a las mexicanas tradicional y casera. El resultado es por supuesto de antología: Biko, Pujol, Quintonil, o sea, nuestros restaurantes mejor ranqueados. Pero esos chefs, personas inteligentes, sabían que volteaban a una tradición riquísima, casi inabarcable. Una tradición, hay que decirlo,
que sí, se había ganado mucho antes el derecho a convertirse en televisión. Lo logró. Se llama Las crónicas del taco.
Estructurada en seis capítulos, cada uno dedicado a un tipo de taco —pastor, carnitas, barbacoa, canasta, guisado y asada—, la serie tiene lo mejor en sus protagonistas: de la calle chilanga a Sonora, Hidalgo o Michoacán, del sembradío de magueyes al rancho ganadero y la milpa, Las crónicas… es un coro anarquista, simpático y entrañable en el que participan el que ensambla el taco y la que prepara el guisado pero también la que se lo come, el dueño y el empleado, el que cultiva el maíz y la que filetea a la vaca. Un coro lleno de risas y antojos que sí, es un bonito retrato de nosotros, de los mexicanos, en una de nuestras facetas más amables y creativas. Estamos ante un documento valioso y disfrutable, al que nada más le sobran, creo, un par de voces en off demasiado forzadas: el taco habla en primera persona como narrador de su propia historia, una buena idea no siempre resuelta de la mejor manera.
Las crónicas…, sobre todo, debe abrir la pista: hay muchas posibilidades de hacer TV con esta materia prima. Aplausos. Y provecho.
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Las crónicas del taco se las debemos a Netflix, que, de Chef´s Table a Street Food, cuenta ya con una buena cantidad de material para foodies o atascados honestos y sonrientes de los de toda la vida.