¿Un Trump británico?
El Reino Unido tiene un nuevo líder, luego de la renuncia de la primera ministra Theresa May. Este peculiar y controvertido personaje llega en un momento crucial para el país, que tiene, según el calendario oficial,
hasta el 31 de octubre para concretar su salida de la Unión Europea, el famoso Brexit. Donald Trump está feliz: hay un nuevo colega populista de derecha y anti multilateral is ta en la escena internacional.
Boris Johnson, hace poco tiempo, solo causaba risa, muchos lo tomaban como un político extravagante y hasta ahí. Sí, llegó a la alcaldía de Londres, pero casi nadie veía la posibilidad de que se convirtiera en primer ministro (similar a Trump, que no parecía “presidenciable”). Pero luego vino la campaña por el Brexit, de la cual él fue una de las caras más reconocidas, y ahí comenzaron a aumentar las apuestas de que llegaría más lejos.
Cuentan que cuando Boris era niño decía que quería ser “rey del mundo”. Al parecer ha mantenido eso en mente, y aunque su deseo infantil no se cumplirá a cabalidad, al menos sí liderará el gobierno de su país. Pero una cosa son las expresiones populistas en la calle (algo muy poco común en la política británica, por cierto), los paseos en tirolesa, su peinado peculiar y su forma directa de hablar, y otra será gobernar en el contexto actual y con la presión del tiempo encima. Le dicen el “Trump británico” porque es un político sui géneris y por supuestamente tener una visión del mundo muy parecida a la de Trump, en parte por la moda antiglobal, en parte por su carisma. Pero habrá que verlo ya en el poder.
Apunte spiritualis. Boris Johnson entra a gobernar en un contexto mucho más complicado que el de Trump y sin la legitimidad de las urnas todavía. Va derecho y no se quita, dice, para salirse de la Unión Europea con o sin acuerdo. Si sucede lo segundo, que por ahora se ve lo más factible, habrá repercusiones económicas y políticas para todo el mundo, y no serán muy positivas que digamos.