Milenio Monterrey

Pietro Paolo Cornero “Me gusta cocinar y los clásicos de futbol; le voy al Inter de Milán y a Chivas”

- CRISTINA OCHOA

El amor por México del director general de Ferrero lo llevó en 2017 a tramitar su nacionalid­ad para poder decirle a su hija, que nació aquí, “¡ya somos paisanos!”; sin embargo, luego de casi 20 años en el país dice que extraña el orden que hay en Europa

De la mano del mismo Michele Ferrero, quien ha dedicado toda su vida a la confitería, Pietro Paolo Cornero comenzó a trabajar en Grupo Ferrero desde muy joven, y desde hace casi 20 años vive en México representa­do a la compañía italiana reconocida principalm­ente por sus chocolates envueltos en papel metálico dorado.

El arraigo y amor de Cornero por nuestro país lo llevó, junto con su esposa, a tramitar la nacionalid­ad mexicana en 2017: “Me sentía ya mexicano, pero ahora me siento mucho más. Llegamos aquí en 1993 y nuestra primera hija nació tres años después”.

Recuerda que llegó a México en los 90 como director de Marketing de Ferrero, cuyos produc

tos se venden actualment­e en 170 países; sin embargo, en 2001 se trasladó a Brasil para encargarse de la dirección general de la filial y retornó a nuestro país en 2010 para, desde entonces, dirigir la compañía.

¿Qué significó obtener la nacionalid­ad mexicana?

Esta tierra nos hospedó, nos cuidó y nos aceptó muy bien; mi esposa y yo queríamos cumplir nuestro sueño de ser mexicanos y nos pusimos a estudiar la guía de 100 preguntas sobre su historia para acreditar la nacionalid­ad.

Nunca fui muy estudioso, más que estudiar, hablaba, pero respondimo­s muy emocionado­s las cinco preguntas que nos realizaron para finalizar el trámite. Fue un test con opciones y con preguntas como si la batalla de Puebla había sido contra los españoles, los franceses o los estadunide­nses.

Cuando sacamos nuestro pasaporte verde, que es diferente del europeo, le hablamos a nuespierda

tra hija mayor que estudia en Estados Unidos y le dijimos: “¡Ya somos paisanos!”.

¿Qué extraña de Italia?

La comida, la familia y la cultura, que también es diferente; sin embargo, estar en diferentes lugares hace que tengas más experienci­as.

Yo soy del norte de Italia, por eso no extraño para nada el clima, aquí en México eso es mucho mejor. De este país he aprendido mucho sobre la hospitalid­ad de la gente, sobre su calidez... aunque sí extraño el orden en general que hay en Europa.

¿Qué idioma hablan en casa? Hablamos una mezcla; tenemos hijas que hablan en inglés, pero preferente­mente hablamos italiano, porque el español lo aprendemos todos los días y queremos conservar nuestro origen. A veces también platicamos en dialecto, yo hablo dialecto piamontés, así platico con mi hermano y mis papás. No queremos que se algo que es parte de nuestra cultura.

¿Qué ha aprendido todos estos años trabajando en Ferrero? Que es importante rodearse de gente que sepa más que tú. A mí me toca hacer que ellos toquen los instrument­os de una forma adecuada, pero ellos son los músicos. Hasta que me quede entusiasmo, me voy a divertir trabajando.

¿Qué hace Paolo Cornero en su tiempo libre?

Me gusta cocinar; a mi esposa no le gusta que lo haga, porque dejo un relajo, pero lo hago bien, sobre todo con mi hija más pequeña.

También me gusta salir a caminar; en temporada, busco hongos para comer. En Italia tenía la tradición de cosechar los hongos. Acá, en la parte del Nevado de Toluca, Oaxaca y Mazamitla (Jalisco) hay variedades que me gustan, y es tan difícil encontrarl­as, que cuando los ves, te los imaginas ya en la cocina.

Además me gusta leer y ver deportes. Me gusta el futbol cuando son grandes partidos, clásicos. Le voy al Inter de Milán y a las Chivas, de Guadalajar­a.

¿Qué queda de aquel joven que comenzó en Italia trabajando con Michele Ferrero?

Antes que todo, ya no tengo cabello; ha cambiado la experienci­a y la suma de los errores que he cometido y que me han hecho entender dónde estuve bien y en qué estuve mal.

Ya no tengo miedo, y no me preocupa quien se equivoca. Me espantan las personas que no reconocen sus propios errores, hay que aprender are conocerlos para mejorar.

Cuando tienes responsabi­lidades, como ser director de una compañía, sabes que tus errores pueden conllevar problemas a las familias. Definitiva­mente ha cambiado mi sentido de responsabi­lidad y, por supuesto, mi ansiedad, porque sé que lo que hago puede impactar a la sociedad y a las familias que trabajan conmigo.

¿Piensas regresar a Italia cuando termine tu gestión en Ferrero?

Primero veré a dónde quieren ir mis hijas; adonde vayan ellas, iremos nosotros. Pero siento que haremos un tour al estilo del Cirque Du Soleil para aprovechar de lo que nos da cada país que nos define, y si gozamos de buena salud, poder conocer partes del mundo a las que no hayamos ido. Pero siempre regresarem­os a México una parte del año.

“En casa hablamos diferentes idiomas y hasta en dialecto, no queremos perder nuestra cultura”

***

Los 26 años de Ferrero en el país no han pasado desapercib­idos. No solo se inauguró un Centro de Investigac­ión y Desarrollo en San José de Iturbide, Guanajuato, sino que lanzó el Kinder Délice Fresa, el cual se elabora con fresas 100 por ciento mexicanas de la región que rodea a la planta, y está pensado en el mercado local (49 por ciento de la fresa proviene de Zamora, Michoacán).

 ?? CRISTINA OCHOA ?? En temporada, busco hongos para comer; en Italia los cosechaba, aquí hay variedades que me gustan.
CRISTINA OCHOA En temporada, busco hongos para comer; en Italia los cosechaba, aquí hay variedades que me gustan.

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