Milenio Monterrey

La Corte y la interrupci­ón de embarazos

- Álvaro Cueva

Acabamos de vivir una semana histórica: la Suprema Corte de Justicia de la Nación avaló la Norma Oficial Mexicana 046SSA2-2005.

Esta norma ordena a todos los hospitales públicos interrumpi­r los embarazos resultado de una violación sin necesidad de que la víctima denuncie el delito ante el Ministerio Público.

¿Se da usted cuenta del gran avance que esto representa para las mujeres de México?

No se trata de si estamos a favor o contra el aborto. Se trata de derechos.

Todos conocemos historias de terror de mujeres que después de haber sido violadas pasaban por una larga lista

de horrores y humillacio­nes tratando de denunciar lo que les había pasado.

Y ya después, si quedaban embarazada­s, peor. A las mujeres siempre les iba peor, especialme­nte a las que no tenían recursos para pagarse un aborto en el extranjero o en alguna clínica privada.

Este anuncio le va a evitar muchos sufrimient­os a muchas personas y les va a dar un poder definitivo a nuestras mujeres sobre su cuerpo, sobre su vida.

¿Pero sabe usted quiénes van a serlas más beneficiad­as con este aval? Las niñas, las adolescent­es. Sí, nuestras menores de edad.

Como usted sabe, la situación de nuestras pequeñas es desesperad­a. Cada vez nos enteramos de más y peores historias de violencia sexual contra ellas.

¿Y en qué acababan? En una gran desgracia. Vidas arruinadas.

Ahora, gracia sala Suprema Corte de Justicia de la Nación, estas muchachas van a poder salir adelante sin enfrentar todos los problemas que tenían en el pasado.

Le recomiendo que se informe bien sobre toda la parte de procedimie­ntos antes de opinar o de polemizar alrededor de este asunto.

Hay mucha seriedad atrás del aval de la Suprema Corte de Justicia y todas las partes han sido considerad­as.

En caso de que algún médico, por ejemplo, tenga conflictos con la interrupci­ón del embarazo, no hay problema. Nadie lo va a obligar a que practique un aborto.

Pero, como parte de esta norma, todos los hospitales públicos deberán contar con la cantidad de personal suficiente para afrontar esta clase de situacione­s. Excelente.

Sí, yo sé que hay grupos que están molestos con esta decisión porque atenta contra su ideología, contra sus creencias.

El verdadero fondo de lo que acaba de suceder no está en si el aborto es bueno o es malo, o en qué tantas pruebas tienen que presentar las mujeres para demostrarl­e a los demás que una violación ha sido una violación.

Aquí la cuestión es que las mujeres, especialme­nte las más humildes, no son un objeto a expensas de lo que los demás quieran hacer con su cuerpo y con su vida.

Ellas, como cualquier ser humano, son las dueñas de su destino y tienen el derecho de resolver esta clase de problemas sin ser torturadas, juzgadas ni castigadas.

Lo más importante de esta noticia es que se trata de algo nacional. Por fin las mujeres de las regiones más desprotegi­das van a tener los mismos derechos que las demás.

Por fin dejaremos de tener mexicanas de primera, de segunda y hasta de tercera sin importar el tamaño de su cuenta bancaria, sin importar su edad.

¿Ahora entiende por qué le digo que acabamos de vivir una semana histórica? Gran noticia. Gran noticia para las mujeres de México. ¿A poco no?

Los hospitales públicos, obligados a interrumpi­r embarazos por violación

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