¿La amenaza son los niños?
Tras la tragedia en el Colegio Cervantes de Torreón, Coahuila, se pone de nuevo de manifiesto la incapacidad oficial de todos los niveles de gobierno para afrontar un problema que tiene su origen en familias desintegradas o disfuncionales.
Creen que la solución es el Operativo Mochila, como si un estudiante decidido a realizar una masacre no pudiera atacar desde las puertas mismas de la escuela, o sobre la fila de alumnos a la espera de que manos extrañas hurguen sus pertenencias. Cualquier potencial agresor aprovecharía muy bien el factor sorpresa.
El Operativo Mochila, ya lo dijeron las instituciones defensoras de los derechos humanos, viola la privacidad de los alumnos y los criminaliza al convertirlos en sospechosos de portar armas.
Por unos cuantos padres irresponsables, se pretende que los alumnos de primarias y secundarias de todo el país paguen las consecuencias con un operativo que se pretende obligatorio.
La amenaza no son los niños, son los adultos que no han sido capaces de asumir la crianza de sus hijos con responsabilidad, con cercanía, con compromiso afectivo, con constancia, con límites a tiempo y sobre todo con valores tan elementales como la tolerancia, la empatía, el respeto por los demás y el cuidado de su cuerpo y de su espacio vital.
La amenaza no son los niños, son los padres delincuentes que pretenden inculcar en sus hijos el camino fácil hacia la riqueza desde el narcotráfico, la corrupción política y empresarial o el simple robo a mano armada.
La amenaza no son los niños, son los adultos que, embozados tras una sotana, el título de educador, de médico o de cuidadora, son en realidad depredadores sexuales, maltratadores, sádicos o envidiosos, hombres y mujeres, dispuestos a destruir lo que ellos ya no tienen: niñez, juventud, belleza, futuro y esperanza.
La amenaza no son, ni serán los niños. Es el gobierno que protege corruptos, es la escuela que solapa la ineptitud magisterial, es la Iglesia que encubre sacerdotes pederastas… y un largo etcétera de instituciones fallidas a cargo de los adultos.