La vuelta al cuidado de la salud después del confinamiento
Sin duda, la presencia del covid-19 a nivel mundial ha sido una prueba fehaciente para la sustentabilidad social o colectiva en este 2020. Distintas opiniones han versado acerca de las consecuencias económicas, políticas y sociales que traerá para la humanidad respecto a las condiciones generales de vida con relación a los trabajos, la seguridad social, la alimentación, entre otros. No obstante, reflexionar sobre nuevos escenarios que contribuyan a la salud implica centrar la mirada en aspectos subjetivos que desde hace muchos años han determinado la existencia de la vida humana. Respecto a esto hago referencia al cuidado y al autocuidado con base en lo individual, en el hogar y en lo social.
La vida urbana, en las grandes ciudades como Monterrey y los municipios conurbados, requerirá de estrategias reglamentadas para que en espacios públicos y en aquellos demasiado concurridos, la participación de la población con relación a la ética de los autocuidados en salud –como, por ejemplo, la higiene de manos– esté por encima de lo que había sido considerado como “normal”.
Por lo anterior, si bien la organización y la información oportunas en cada espacio común acrecentarán las medidas y restricciones, para la sociedad es necesario tener presente y poner en práctica el cuidado de los demás, del entorno, las acciones solidarias, así como en lo afectivo y en el cuidado de sí mismo. Esto permitirá asumir como principio básico una actitud cotidiana del cuidado como base fundamental en las relaciones y la convivencia humana para el presente y para las futuras generaciones.