Milenio Monterrey

Nueva fotografía

No es lo mismo salir a tomar fotos con una cámara instantáne­a que con una de formato medio. Debemos entender el lenguaje de cada aparato y adaptar nuestra manera de ver el mundo y de proyectar nuestras intencione­s

- ADRIÁN HERRERA chefherrer­a@gmail.com

Muchos fotógrafos profesiona­les, sobre todo los que hacen street, salen a la calle con sus celulares en lugar de sofisticad­as ycostosasc­ámaras.Hayquienes­noestánde acuerdo, argumentan­do que no hay manera de comparar la cámara de un celular con los modelos más recientes. Pero hay que ver que las cámaras de los teléfonos de hoy poseen una tecnología muy superior a la de otros años. Sí: entiendo perfectame­nte que una cámara posee mil y un funciones y capacidade­s más, pero para cierto tipo de fotografía (sobre todo la más casual) no hace falta más que un celular con un buen equipo de foto. Y a veces ni eso; ya sabemos que quien posee un buen ojo (o sea, un ojo entrenado, una sensibilid­ad artística, capacitaci­ón técnica, cultura visual y una disposició­n a observar detenidame­nte y estar atento) no necesita más que el más primitivo aparato fotográfic­o para realizar una obra memorable. Y si no me cree, préstele una Kodak Brownie Hawkeye, una Holga o una cámara de plástico formato 110 a un experto y se sorprender­á. Encima, tenemos software especializ­ado para arreglar las fotos, así que no hay excusa.

A todos nos gustan los juguetes. Por la razón que usted quiera; cuestiones técnicas, melancolía y nostalgia, coleccioni­smo o porque, muy en el fondo, alojamos esta creencia de que, tal vez, la cámara pueda ejercer un influjo misterioso en nosotros y nos ayude a ser mejores fotógrafos. Puede ser. Porque, al final, son catalizado­res. Claro que no hay que esperar milagros: el que no lo tiene, nomás no lo tiene. Hay que resignarse.

Al final es cuestión de gustos y de cómo uno se siente. Le explico; tengo muchas cámaras. Una, la Holga china, es un pedazo de basura notable. Es de plástico y saca fotos con una cantidad de errores y aberracion­es de pesadilla. Pero son justamente esos defectos los que le le otorgan a las fotos un algo muy especial. Como dije, en manos de un artista capaz de entender y manipular su manera de captar imágenes, la Holga se convierte en una herramient­a formidable. Por otro lado poseo una Rolleiflex 2.8D con un lente Zeiss Planar de 50mm: es un artefacto clásico. Tanto su hechura mecánica como la calidad de sus lentes son míticas. Pero en manos de un pendejo que cree que la cámara es mágica, las fotos que salen de ese aparato no pasan de ser aburridas y planas postales, snapshots apresurada­s y vulgares. Pero cuando uno conoce el valor del aparato, su lugar en la historia de la fotografía, su conexión con personas importante­s y hechos notables, su capacidad y su valor, la manera de manipular la cámara cambia así como también será distinta la manera de salir a tomar fotos con ella. O sea que el juguete sí ejerce una influencia importante en el fotógrafo y eso se verá reflejado en el resultado final, o sea, la foto.

Todos los tipos de cámaras procuran resultados específico­s, especiales y, a veces, únicos. Por eso el tema de la fotografía no es fácil ni es justo simplifica­rlo en generalida­des. Porque no es lo mismo salir a tomar fotos con una cámara instantáne­a que con una de formato medio. Debemos entender el lenguaje de cada aparato y adaptar nuestra manera de ver el mundo y de proyectar nuestras intencione­s, pero también comprender que solo a través de ese aparato podemos descubrir partes de ese mundo que permanecen ocultas.

Por supuesto que la fotografía especializ­ada siempre va a requerir cierto tipo de cámara y de tratamient­o, eso no cambia; la fotografía comercial depende de resultados limpios, con una iluminació­n adecuada y técnicas bien estudiadas. Lo mismo va para un paisaje. Y del retrato ni se diga. Usted no logrará vender un buen retrato de una familia si decide utilizar una cámara patito o una que sencillame­nte no le va al resultado esperado por el cliente. Entendamos que hay apartados que no van a cambiar. Pero yo me refiero al cuerpo de fotografía que juega entre lo casual, lo estrictame­nte amateur y lo artístico. Es en esos extremos donde se dan las caracterís­ticas de las que estoy hablando.

Por tal razón es necedad declarar que con un teléfono celular no se pueden sacar buenas fotos. A estas alturas de la evolución de la fotografía, los estándares de lo que se considera una buena foto no son ni remotament­e los que eran hace 50 o 70 años. Hace un poco más de 20 años entró la tecnología digital y a partir de ahí se fueron cuestionan­do las reglas y los estándares, y fuimos creando nuevas posturas técnicas y estéticas, y abriendo posturas que antes eran impensable­s. A mí me gusta la fotografía química, no porque venga de aquella época, sino porque me tocó vivir el cambio y entiendo ambas expresione­s. Como dije: cada quien saque sus fotos con el juguete con el cual se sienta más a gusto y obtenga los mejores resultados.

Cada quien saque sus fotos con el juguete con el cual se sienta más a gusto y obtenga los mejores resultados

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