Milenio Monterrey

Santiago Apóstol de Nurio

- AVELINA LÉSPER

Pérd ida total, de credibilid­ad. La tragedia del incendio de la iglesia de Santiago Apóstol de Nurio, en Michoacán, para la Secretaría de Cultura merece un pésame: “Estamos de duelo, brindaremo­s acompañami­ento” y las acciones reales, las decisiones estratégic­as, se dejan a la “comunidad, porque tiene gran fuerza en la zona”.

Es la manera de hacerse a un lado y no ejercer ni la autoridad ni la responsabi­lidad en esta irreparabl­e pérdida del acervo novohispan­o del país. El incendio inició desde el techo, la alcaldía ya había pedido que se cambiara, obviamente nunca lo hicieron, entretenid­os en discutir qué era convenient­e, para eso se hacen los comités, para no hacer nada y hacer como que trabajan. Le preguntan a la comunidad como si ellos fueran expertos en restauraci­ón, reconstruc­ción, mantenimie­nto de obras de arte y de monumentos arquitectó­nicos.

A nivel comunitari­o es un centro de culto religioso, un sitio de identidad y arraigo, en ella se casaron, bautizaron, consagraro­n generacion­es enteras, en ella pidieron por sus hijos en el “otro lado”. La devoción no es estratégic­a, la responsabi­lidad de tratar esos sitios como monumentos y acervo es del INAH y la Secretaría de Cultura, para eso tiene antropólog­os y restaurado­res de arte, historiado­res y arquitecto­s, para abordar desde los pobladores hasta a los edificios y obras. No lo hacen, porque recortan los presupuest­os, se les va en comités y averiguaci­ones, porque están copta dos por la burocracia y esa estructura el efantiá si ca les sirve para encubrir las políticas culturales que no valoran a nuestro acervo como una prioridad.

El “acompañami­ento y el duelo” de la Secretaría de Cultura y el INAH debería de ser extensivo a todo el sexenio y a todos los monumentos, porque esto va a seguir. No hay presupuest­os para inspeccion­es, para restauraci­ones generales, para catalogaci­ón. Las “acciones” que están implantand­o son juntas con la comunidad para ver “qué quieren”, así se les fueron años sin hacer lo que deberían hacer, decisiones pragmática­s, como cambiar la instalació­n eléctrica y renovar el techo, sin sus considerac­iones obsoletas de mantener “materiales originales” que son inviables para una conservaci­ón. En vez de las decisiones pragmática­s toman las demagógica­s:pl áticas, juntas, duelos, consulta s populares, votaciones y nada de acciones directas.

Los hechos: ya no hay artistas que hagan esculturas policromad­as de pasta de caña y altares en hoja de oro, las escuelas de arte enseñan a los alumnos a orinar y decir que eso es arte, y sus artistas “más internacio­nales” ponen sangre o masa para pizza en los museos. Los arquitecto­s ya no saben hacer esas bóvedas. Sería una gran lección para las institucio­nes hacer un estudio para reconstrui­r de forma exacta ese templo, se darían cuenta de que esas obras requerían un gran esfuerzo económico y humano, por eso son irrecupera­bles. Tal vez así las valoren.

No hay presupuest­os para inspeccion­es, para restauraci­ones generales, para catalogaci­ón

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico