Milenio Monterrey

El carcelero Iglesias

- F. JIMÉNEZ LOSANTOS

Las plañideras mediáticas de la banda de Sánchez aún andan lloriquean­do porque un diputado de Vox le dijo a Errejón «¡Vete al médico!», cuando el número dos del comunismo genocida y narcoboliv­ariano fingió preocupars­e por los problemas psicológic­os de los españoles. Llevan años llamando loca, tonta e IDA a Díaz Ayuso, mandándola al psiquiátri­co o a la fosa, como la pistolera Mónica García cuando apunta a la bancada del PP y finge dispararle­s, y ahora resulta que Errejón es el ángel de la salud mental. Hablamos del desalmado que proclamaba que «gracias a la revolución» los venezolano­s tenían «tres comidas diarias», y que no pide perdón viendo que ese régimen al que asesoraron y del que cobraron provoca el mayor éxodo de la historia de América, cinco millones huyendo a pie de la abundancia de comida y libertad de Maduro, su ídolo después de Chávez.

Errejón ha trincado cincuenta millones para estudiar la jornada de 32 horas. La última vez que dijo que iba a estudiar algo, trincó en Málaga una beca para dedicar todas sus horas a organizar Podemos. A cambio, al que se la regaló, le obsequió con un cargo. Generosida­d de camaradas. Por cierto, que Errejón y su pistolera dijeron que Ayuso no tenía derecho legal a convocar elecciones y que si los jueces le daban la razón sería por pura corrupción. ¿Contra quién piden ahora el voto: Ayuso o los jueces? Al esconderse tras las faldas de Calamity García para decir no a Iglesias, Errejón también dijo: «Los hombres no siempre hemos de ser protagonis­tas». Entendido: sólo casi siempre. Pero en sus 32 horas en la Asamblea de Madrid, cuando se le puso chulo a Ayuso, como Iglesias a Cayetana, comprobó que las mujeres de derechas son muy desobedien­tes. Vamos, que les levantas la voz y te sueltan un soplamocos que te sientan.

A Iglesias deberá sujetarlo su pareja o la de la Guardia Civil. Su campaña se basa en fantasear, como en azotar hasta sangrar a Mariló, que Ayuso debe acabar en la cárcel, imagino que para ser su carcelero. A diferencia de Podemos, Ayuso no tiene cuentas pendientes con la Justicia, pero Iglesias tiene sobre la ley una idea germanosov­iética: Carl Schmitt pasado por Paracuello­s, o sea, la checa. Errejón, el Doctor Bacterio Polonio de Vistalegre I, prefiere la URSS de Breznev y Suslov, que, en vez de enviar al Gulag a los disidentes, los mandaba al psiquiátri­co. O sea, al médico.

Llevan años llamando loca e IDA a Díaz Ayuso, mandándola al psiquiátri­co

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