Migración: ¿la misión imposible?
El gobierno de EU encabezado por Joseph Biden ha hecho del tema migratorio una de sus prioridades legislativas y políticas. Esto es en parte como una reacción al gobierno anterior, el de Donald Trump, que lo puso en el centro de su agenda política para atraer a un numeroso grupo de la población y legalmente lo hizo pedazos con parches, decisiones siempre cuestionadas en tribunales, actos inhumanos en sus fronteras y refugios, y la polarización dentro de las agencias encargadas de lo migratorio.
El asunto no es, ni mucho menos, novedoso en la política estadunidense. Todos los presidentes han tenido que lidiar con él de una u otra forma y ninguno lo ha logrado de manera integral. Porque el asunto no sencillo. Ahora, el huracán del año pasado más la crisis económica producto de la pandemia, la migración desde Centroamérica y desde México hacia EU se ha incrementado. Además, como quedó claro en la conferencia de prensa de Roberta Jacobson haceunosdías,elmensaje de cambios en el sistemamigratoriopara ser más amable con quienes quieren llegar a EU ha sido interpretado por ellos, y aprovechado por coyotes y organizaciones de tráfico de personas, como una invitación a viajar al norte, creando una nueva crisis en medio de cambios a reglas y procedimientos.
Hoy estarán en México Roberta Jacobson, enviada especial presidencial para la Frontera; Ricardo Zúñiga, enviado especial presidencial para el Triángulo Norte de Centroamérica, y Juan González,directorparaelHemisferioOccidental
del Consejo Nacional de Seguridad, para reunirse con las autoridades mexicanas. Después irán a Guatemala.
Una migración “segura, ordenada y regular” suena bonito, pero son décadas sin lograrlo. Existe consenso político en EU para regular a quienes ya están allá y llevan años —sin documentos o con documentos temporales como TPS o DACA—, pero aumentar, como se necesita, la migración legal no cuenta con apoyo suficiente y la apuesta de dar dinero en Centroamérica no es más que un sueño que será siempre insuficiente, además de lejano en resultados.
Desde tiempo de Clinton la promesa demócrata había sido legalizar y ampliar vías legales para llegar a EU a cambio de endurecer medidas contra aquellos que quieren llegar sin documentos. Poco ha cambiado.
Hay que celebrar la reunión de hoy y el diálogo iniciado. El asunto, sin embargo, necesita mucho más.
“Segura y regular” suena bonito, pero son décadas sin lograrlo