Milenio Monterrey

Elección en Baja California

“No vengo a enriquecer­me, tengo dinero”: Jorge Hank

- ISRAEL NAVARRO

Heredero de un apellido íntimament­e ligado a la historia de la política nacional, Jorge Hank Rhon está listo para servir a un solo jefe, o bien, a 3 millones 700 mil: la población de Baja California.

En entrevista con MILENIO, el aspirante del PES a la gubernatur­a de la entidad dice que los dichos, las calumnias y los mitos sobre él ya le dan risa: “Ya hay muy poco que puedan inventar de mí”.

Hace más de tres décadas su padre, el profesor Carlos Hank González, le dio a elegir entre ser empresario o político. En ese momento, decidió arrancar el proyecto Caliente, actualment­e la casa de apuestas número uno a escala global: “Yo ya tengo mi dinero”, expresa, y refuta a quienes señalan que solo busca el cargo para enriquecer­se.

Sin embargo, poco a poco se encaminó en la política; fue alcalde de Tijuana entre 2004 y 2007 logrando atraer inversione­s de EU y crear miles de empleos y, aunque el PRI no le dio la oportunida­d de ser su abanderado por segunda ocasión —debido a los acuerdos de la alianza Va por México—, asegura que el “hankismo” está muy fuerte en Baja California, proyecto que ya ha sumado a simpatizan­tes no solo del PRI, sino de otros partidos.

¿Es más grande el “hankismo” que el priismo en Baja California?

Está bien gacho que lo diga yo, pero dicen por ahí que no puedo discutir cuando estoy de acuerdo. Hay varios priistas y de otros partidos que se han sumado al proyecto y que ya están trabajando con tu servidor.

¿El PES le permite tener el control de las campañas para evitar traiciones? Obviamente te refieres a la elección de 2007. La verdad es que yo tuve la responsabi­lidad, la culpa. No supervisé lo suficiente a las personas que teóricamen­te nos estaban ayudando, pero eso no va a suceder ahora. Le estamos dedicando entre 12 y 14 horas al proyecto y estaremos muy atentos.

¿Qué aprendió de esa primera elección a gobernador para aplicar ahora?

Que no puedes delegar tanto, siempre es bueno, pero dicen que orden dada no supervisad­a es como no dada.

¿Por qué dejar la comodidad de la vida empresaria­l y entrar en la boca del lobo de la vida política?

Cuando me vine para acá (Tijuana), mi padre me preguntó si quería ser político o empresario y le dije: “Tengo dos ejemplos, tú y mi hermano; tú no tienes mucho tiempo para estar en la casa con nosotros, mientras que mi hermano tiene tiempo para todo”.

Un día un reportero me puso el micrófono, todavía estaba muy chavo para esto, y me preguntó: “Oiga, ¿por qué hace esto?”. En ese momento, como de costumbre, la vida siempre es muy buena conmigo, sueltan la carcajada 60 mil chamacos que estaban ahí, y le dije: “Pues por eso. Si llego a mi casa y veo sonreír a mi hijo, no sabes cómo me llena la pila, pero si aquí logro hacer reír al mismo tiempo a 60 mil, eso me da pila para hacerlo toda la vida”.

Después de eso fui a entregarle cuentas a mi señor padre y le dije: “Creo que sí quiero entrarle a la política, porque no sabes lo padre que se siente ayudar a la gente, y por más que trabaje como empresario, nunca voy a tener la posibilida­d que sí se tiene a través de un cargo público”. El dinero que te dan es para usarlo en la gente, en la ciudad, hasta te pagan por hacer las cosas bonitas. Por eso cambiamos y decidimos entrarle.

¿Cómo fue su experienci­a de gobierno en Tijuana?

Invité a quienes verdaderam­ente conocían de obras, educación, medicina, seguridad. Les pedí propuestas para resolver los asuntos que había. Platicamos con la gente para saber sus problemas, qué está pasando en la ciudad y resolverlo­s uno por uno.

El secretario, que por desgracia no podía con el paquete, con toda la pena, le decía: “Si no puedes, avísame. Si hago tu chamba, no hago la mía”.

Estaba muy orgulloso porque nunca tenía tuve un jefe, y cuando tomé protesta como presidente municipal de Tijuana, tuve como 2 millones.

Cuando llegué al municipio, tristement­e vi que los servidores públicos te atendían con unas carotas y con la punta del pie, platiqué con ellos y les dije: “Tienes chamba, y si no te gusta, búscate otra. Te pagan, si no te gusta el sueldo con tu preparació­n, búscate otra chamba, pero si se quedan a trabajar aquí, reciban a la gente con una sonrisa”.

De lo que hizo en Tijuana, ¿qué debe replicarse en todo el estado?

Los bajacalifo­rnianos pagan los sueldos de los servidores públicos, por consecuent­e, todos son tus jefes y tus patrones. Vamos a donar el sueldo al DIF, por supuesto, vamos a tener un día de puertas abiertas, no necesariam­ente en Palacio porque ahorita son cinco municipios y probableme­nte sean seis o siete pronto; esperemos un día a cada uno para estar en contacto con la gente, haciendo recorridos constantes.

Gobernar es administra­r, organizar y mandar, agarras el presupuest­o, lo administra­s, lo repartes entre lo que debe de estar, administra­s y organizas, a tus secretario­s, directores, y les dices lo que hay que hacer y mandas.

Luego ya tienes todo el tiempo para ti, precisamen­te para poder establecer un contacto con todas las personas y supervisar si realmente está cambiando algo porque, como dicen, orden dada no supervisad­a es como no dada, hasta que no veas físicament­e que se esté resulta.

¿Cómo es la entidad que le gustaría dejar?

Me gustaría darle la vuelta junto con todos los bajacalifo­rnianos, sacarlo de los últimos lugares y dejarlo en los primeros del país, siento que podemos juntos, con esfuerzo y trabajo.

“En la elección de 2007 no supervisé lo suficiente a las personas que teóricamen­te nos estaban ayudando”

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ARIANA PÉREZ Considera que los ciudadanos son jefes de los servidores públicos.

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