Milenio Monterrey

Dura es la ley, pero es la ley

La competenci­a civilizada por el poder no puede prescindir de la legalidad, de las institucio­nes y sus procesos...

- LIÉBANO SÁENZ @liebano

Ignacio Mier, coordinado­r de la bancada morenista.

Ya se ha dicho: el mejor camino y destino para el país es la legalidad; esa es la ruta y a su vez, la meta. La ley significa dar puerta a la única justicia posible, la de las institucio­nes. Cumplir con la ley entraña romper con la ancestral impunidad que aún ahora lastima gravemente al cuerpo nacional. La ley es sustento de las libertades y contención contra el abuso del poder, venga de donde venga.

Deben preocupar las expresione­s del líder de la mayoría en la Cámara de Diputados, diputado Ignacio Mier Velazco, plantear que en el falso dilema de ley o justicia hay que optar por lo segundo. No hay justicia más que la legal. El llamado a desentende­rse de la norma no es para acreditar a la justicia, es para romper con la ley y consecuent­emente con la justicia. Es inaceptabl­e que sean los hacedores de leyes quienes reivindiqu­en la ruptura con la ley. Lo dicho no guarda precedente en la historia política legislativ­a.

La ley limita o impide que el presidente de la Corte opine o se pronuncie sobre un tema que habrá de conocer el alto tribunal. Se entiende la preocupaci­ón pública respecto a la decisión de ampliar el periodo de su ejercicio, pero no se le puede pedir que haga lo que la norma no le permite. Los funcionari­os no tienen libertad de expresión, esto correspond­e a los ciudadanos. Los servidores públicos tienen responsabi­lidades y no pueden actuar con la liberalida­d que la ley concede al ciudadano.

La competenci­a civilizada por el poder no puede prescindir de la legalidad, de las institucio­nes y sus procesos. No hay coartadas para lograr los grandes objetivos nacionales. Más aún, la ley no solo es camino, sino es el objetivo que generacion­es de mexicanos, de transforma­ciones, reformas y revolucion­es no han podido alcanzar. Por eso la impunidad es la expresión que anula a la justicia e impide la salvaguard­a y certeza de derechos. La cuestión es que no es permisible, aceptable o transitabl­e la tesis de que hay que privilegia­r la justicia a costa de la ley. Así es porque la ley es texto, proceso y hasta reglas de interpreta­ción; por eso la justicia solo puede ser legal, de otra forma su sustento sería la opinión, el sentido que cada quien tiene del deber ser o de la moral. Legalidad, ruta y destino.

 ?? JUAN CARLOS BAUTISTA ??
JUAN CARLOS BAUTISTA
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico