¿Quiénes quedarán después del 6 de junio?
El proceso de descomposición del sistema de partidos en el país no comenzó en julio del 2018, lleva años y ha visto varias etapas cada vez más raras y, en algunos casos, penosas.
Por una parte, el laberíntico armado legal cuyos incentivos, muchas veces no deseados, hacen de los partidos lugares privilegiados para tener dinero y poder (o podercillo) para hacer aún más dinero, no política. La facilidad con la que se construyen organizaciones que, en realidad, sin ser partidos, se mantienen por años muy pequeños para vender se al mejor postor y otros que algún día fueron partidos de verdad, a los que el poder real o las ambiciones personales de sus figuras y dirigentes han destruido.
Doce años en la presidencia hizo que todos se pelearan contra todos. Las ambiciones personales y de pequeños grupos se los comieron, bastaría recordar cómo sus dos presidentes de la República no apoyaron a los candidatos de su partido que les sucedieron cuando aún estaban en la presidencia, y cómo olvidar a Fox siendo peñanietista o Calderón criticando a Ricardo Anaya.
En el PRI, a los de Atlacomulco y sus amigos les bastaron seis años para arrasarcon el partido cuando tuvieron todo el poder desde 2012. Hoy apuestan, si les va bien, a Campeche y Nuevo León y no son exactamente del mismo grupo los que compiten en esos estados.
El PRD sin López Obrador se convirtió en algo así como el otro Partido Verde. Y luego el enigma de MC cuya apuesta más exitosa hoy en día es… Samuel García. Pues sí, así lo nuevo e independiente. Van juntos ahora, pero su destino no será el mismo.
Morena, por su parte, no es en realidad un partido sino un movimiento alrededor del hoy Presidente en que se la pasan pelándose entre tribus y grupos, y compitiendo la mayoría por ser el más querido por su líder.
Por eso es por lo que están peleando por cualquier medio mantener su mayoría en el Congreso; sin mayoría, la unidad sería mucho más frágil. Pero aun ganándola, después de esta elección los grupos y tribus comenzarán a ver hacia 2024 y la sucesión. Y las bronca s se volverán más visibles. Normal, ha pasado siempre.
El terremoto de julio de 2018 tendrá ahora su réplica en junio y todo indica que viene potente. Ya veremos qué queda después.
Morena no es un partido sino un movimiento alrededor de AMLO