Alfredo Campos Villeda
“Delgado falla y pone en riesgo el peso de Ebrard en Morena”
Desde su posición de jefe de Gobierno capitalino, donde siempre se le complicó el trato con las tribus perredistas, Marcelo Ebrard impulsó hasta donde pudo a uno de sus colaboradores más cercanos, Mario Delgado, siempre con la mira puesta en dejar un relevo confiable para cuando él abandonara el cargo en busca de competir por la grande, plan que se le frustró por la segunda candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
Las malas noticias se le amontonaron porque Delgado nomás nunca pegó en las encuestas que se levantaban por encargo del propio PRD, en las que lideraba Miguel Ángel Mancera, entonces procurador capitalino que tuvo uno de sus momentos de gloria en las preferencias cuando apareció pistola en mano en algún operativo frente a uno de los incontables episodios criminales que azotan esta ciudad. Siendo además bien visto por López Obrador, con quien llegó a jugar beisbol, su candidatura fue casi automática.
Sin candidatura presidencial y sin delfín confiable en la Jefatura de Gobierno, Ebrard cayó en desgracia en su rijoso partido, donde le negaron toda posibilidad de cargos, y desde la oficina de su sucesor salió una campaña por desperfectos de la Línea 12 del Metro que acabó en un enfrentamiento en el que abundaron los reproches por “traición”.
Pero como en política son poco frecuentes los nocaut efectivos, Ebrard resurgió con la campaña de López Obrador para la elección 2018 y sí, cargó de nuevo con Delgado, a quien después de los jaloneos propios de Morena, colocó en el estratégico lugar de presidente del partido, con lo que el canciller parecía encaminarse a sus planes futuros con un refuerzo clave, un escudo para lidiar ante cacicazgos, como evitar lo que sucedió con el PRD. El secretario tomó un papel relevante ante la pandemia, negoció vacunas, empañó la presencia mediática de Hugo López- Gatell y hasta se dio tiempo de declarar “misión cumplida”. Pero se fue a Rusia y llegará con la sorpresa de que su allegado acaba de poner en riesgo el plan, arruinando candidaturas de su partido, quedando en posición endeble para mantener esa posición estratégica en caso de lanzar una candidatura presidencial. Ya habrán tomado nota Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal.
Ya habrán tomado nota Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal