El altruismo eficaz
¿Sería capaz de donar un riñón a alguien que no conoce? ¿Donaría el 20 o 30 por ciento de sus ingresos a una causa filantrópica? ¿Se privaría de algunos gustos personales (salidas al cine, restaurantes, paseos, cambio de coche, etcétera) y canalizar ese dinero a una causa social? ¿Dejaría la mayor parte de su herencia a una asociación civil?
La enorme mayoría de los políticos que vemos en campaña respondería con un rotundo no a estas preguntas, pero un altruista efectivo, como dice Peter Singer, daría un sí encantado de la vida.
Los altruistas efectivos son aquellos que hacen todo lo que está al alcance de sus manos para mejorar al mundo. Por ello, como señala Singer, a un altruista efectivo “no le basta con acatar las normas esenciales de no robar, no engañar, no hacer daño o no matar a nadie”. Hay que ir a más.
Este tipo de personas, que no se sienten santos ni redentores, se distinguen por cinco rasgos: “Vivir modestamente, conceder una parte sustancial de sus ingresos […] a las organizaciones benéficas más efectivas”, promover causas altruistas, aprovechar su red relacional para apoyar dichas causas y, si es posible, donar una parte de su cuerpo (sangre, médula ósea o incluso un riñón) a un desconocido.
La razón por la cual llevan hasta este nivel su generosidad, responde a una causa moral. Vivir una vida ética mínimamente aceptable, dirá un altruista eficaz, “implica dedicar una parte importante de los recursos que nos sobran para hacer del mundo un lugar mejor. Llevar una vida plenamente ética implica hacer el máximo bien que podamos”.
Traigo a cuento esta reflexión de Peter Singer, porque el sinnúmero de despropósitos que hemos atestiguado a lo largo de estas semanas, me hace pensar que muy pocos (quizá ninguno) de los candidatos a los puestos de elección popular cabrían en la categoría personas que llevan una vida mínimamente aceptable.
No se trata de merecimiento. No nos merecemos a tanto patán frotándose las manos por hacerse de un hueso. Se trata de algo más simple: tener congruencia y dignidad.
Así de simple, así de fácil.