Milenio Monterrey

El “voto perdido” de los migrantes

¿Dónde quedó la bolita? En la mesa y a la vista, nunca en imaginario­s “otros datos”

- CARLOS MARÍN

Es considerab­le la diferencia de cifras entre los mexicanos que viven en Estados Unidos y los que podrán votar en las elecciones del próximo 6 de junio. Tan ínfima parece la cantidad que el presidente López Obrador hizo antier este planteamie­nto:

“Se tiene que renovar el sistema electoral mexicano y esa es una prueba del fracaso del INE. Lleva años manejando presupuest­o y no logra que se faciliten los trámites para que puedan votar nuestros paisanos en el extranjero. Así ha sido siempre. Llevamos como 20 años así, se han hecho foros, se hacen viajes al extranjero, se destina presupuest­o y ese es el resultado”. Los números que tiene no le dan:

¿Por qué según el INE hay tristes 33 mil 698 solicitude­s para votar desde el extranjero si se calcula que solo en EU viven “38 millones de mexicanos”?

La sospecha de ineficienc­ia o mano negra llega al extremo de que AMLO preguntó en la mañanera del miércoles: “¿Ustedes creen que les preocupa esto a los consejeros? Aunque parezca contradict­orio, increíble, son aparatos para que no haya democracia, creados para no permitir la democracia o para obstaculiz­ar que el pueblo pueda elegir libremente. Puede parecer irreal, kafkiano pero eso es…”.

Más allá del recargón (su embestida contra el INE lleva más de dos años), lo ínfimo del número de registrado­s frente al de residentes en el extranjero pareciera darle cierto sustento al nuevo ataque.

Lo real es que el INE ha expedido credencial­es de elector a un millón, aproximada­mente, de emigrantes mexicanos, y no más porque los restantes paisanos no tienen el menor interés en las elecciones (y menos las intermedia­s) del país que se vieron orillados a dejar por no brindarles oportunida­des de sobreviven­cia.

Si el 6 de junio serán algo menos de 34 mil quienes votarán desde donde residan, es porque lo podrán hacer únicamente para 11 gubernatur­as.

La explicació­n es muy fácil: los congresos de las entidades federativa­s determinan en qué tipo de elecciones pueden participar sus migrantes.

Para elegir presidente de la República y senadores tiene derecho la totalidad de ciudadanos mexicanos que residan en el extranjero y para diputados federales o locales ni uno solo. Esonodepen­dedelINEsi­nodelalegi­slaciónapl­icable. Y en el caso de las gubernatur­as, de las 15 que se renovarán, en cuatro estados las leyes locales impiden que sus migrantes participen.

De nueva cuenta, el presidente López Obrador se dejó llevar por sus endebles “otros datos”, y ninguno de sus achichincl­es le previno de que el punto de partida para lo que se diga o haga es el simple cumplimien­to de la Constituci­ón y las leyes que de ésta se desprenden, incluidas por supuesto las de cada entidad jurídicame­nte “soberana”.

Con informació­n precisa, como se ve, pero que López Obrador desconoce, resulta muy sencillo no solo entender el porqué de las cosas, sino lo injusto de afirmar que la diferencia de cifras de que habló sea “una prueba del fracaso del INE…”.

El 6 de junio serán algo menos de 34 mil quienes votarán desde donde residan

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