Reivindicación de la mujer
No solo es para votar.
En 1792, Mary Wollstonecraft publicó la reivindicación de los derechos de la mujer e insistió en la igualdad en la votación electoral de los representantes. Ellas tuvieron que esperar hasta 1920 para obtener su derecho al sufragio y después han pasado muchos años para encontrar igualdad de oportunidades.
Actualmente va a haber elecciones y las mujeres representan el 50% de los electores. Por lo anterior, se convierten en una fuerza que tiene en su favor los vientos de la historia, pues se exigen todos los derechos que antes fueron otorgándosele gradualmente, con la excusa de mantener su importancia dentro de la familia, ya que esta última es lo más importante en la sociedad, sin duda alguna.
Las mujeres están empezando a tener responsabilidades extraordinarias, pues no solo tienen que ser el centro educativo y formativo de la familia y el control de las acciones de los niños, sino también están en el torbellino de la política del poder que, como hemos observado recientemente, cada día es más compleja y los valores originales de la política se han deteriorado.
En Nuevo León, uno de los candidatos propuso el concepto de, llamémosle “unidad rosa”, para darle un color que permitiera ser un símbolo de protección para evitar los feminicidios, que son muy abundantes en nuestro estado y el mal tratamiento laboral, así como las violaciones parciales o totales de origen sexual, que frecuentemente suceden en las relaciones interpersonales.
Este concepto rosa lleva implícito en su color una mezcla de la fogosidad y participación ciudadana cívica, con la ternura y la responsabilidad de reconducir este tren de la civilización actual, que está perdiendo su rumbo y se ha salido de la vía del orden moral, como diría Reyes, y está inmerso en la confusión de la civilización contemporánea, porque los instintos freudianos subconscientes se toleran, como sucedió en el caso de Guerrero, una burla para el género femenino, al darle poca importancia a un terrible asunto de moralidad personal y familiar, que se rompió con el seudocandidato a la gubernatura.