Playa Espíritu, el elefante blanco de 2 mil 500 mdp
Fracaso. Estaba destinado a ser el “nuevo Cancún” en Sinaloa que atraería inversiones por 170 mil mdp, pero a una década de su lanzamiento, el Centro Integralmente Planeado no ha redituado un solo peso
En septiembre de 2011, la entonces secretaria federal de Turismo, Gloria Guevara Manzo, anunció en Mazatlán la puesta en marcha de un nuevo Centro Integralmente Planeado (CIP) llamado Playa Espíritu, en Sinaloa, del cual se esperaba que fuera el “nuevo Cancún” y el imán para las inversiones millonarias de la iniciativa privada, tal como lo ha sido durante años el destino turístico de Quintana Roo.
Sin embargo, a casi 10 años ninguna empresa nacional o extranjera ha invertido en el terreno que tiene 12 kilómetros de frente de playa.
De acuerdo con los informes del Presupuesto de Egresos de la Federación, desde la planeación de esta obra en 2008 hasta 2021, se han destinado más de 2 mil 500 millones de pesos para construcción de infraestructura básica y mantenimiento.
Para el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) en este proyecto solo se ha perdido dinero, debido a que no se ha generado el desarrollo turístico que se esperaba, ante la falta de interés de los privados.
En su presentación, el entonces presidente Felipe Calderón afirmó que la importancia de Playa Espíritu radicaba en que era el primer CIP que se desarrollaba en el país desde hacía un cuarto de siglo y su apuesta era para atraer tanto al mercado nacional como al estadunidense, el más importante para México.
Con base en los presupuestos de egresos, en 2014 se le destinaron 504 millones 700 mil pesos, siendo el año que más recursos públicos tuvo; le siguen 2015, con 354 millones 700 mil pesos; 2011, con 286 millones; 2012, con 264 millones, y 2010, cuando absorbió 256 millones de pesos.
Playa Espíritu forma parte de la región Mar de Cortés, se localiza en el municipio de Escuinapa, Sinaloa, y tiene una superficie de 2 mil 381 hectáreas.
Calderón mencionó en la presentación que con la inversión pública realizada por la adquisición de terrenos, la construcción de las primeras obras de infraestructura, la adquisición de derechos se iban a detonar más de 170 mil millones de pesos de inversión privada.
El entonces presidente panista informó que la oferta hotelera de Playa Espíritu llegaría a las 40 mil habitaciones, además de que gozaba de una adecuada conectividad terrestre,porlascarreterasdelazonayelAeropuertoInternacionalde Mazatlán,queestáa85kilómetros.
Su oferta era muy ambiciosa e incluía campos de golf, una marina, malecón y ramblas recreativas y comerciales integrados a complejos hoteleros, hoteles boutique y exclusivos spas.
En los poco más de nueve años del proyecto, las empresas hoteleras Meliá, Barceló, RIU, así como Starwood y Grupo Posadas han mostrado interés en el proyecto, pero ninguna inversión se ha cristalizado.
Fonatur ha indicado que ninguna compañía ha querido poner algún hotel en Playa Espíritu por la lejanía y porque existen otros polos turísticos que se encuentran altamente posicionados como son Los Cabos, en Baja California Sur,
Cadenas hoteleras han mostrado interés, pero no se ha concretado nada
al igual que Litibú, en la Riviera Nayarita.
De acuerdo con información de la Secretaría de Turismo de Sinaloa, el único hotel en el terreno es el que se construyó con recursos del Fonatur y se ha utilizado para hospedar a los inversionistas interesados en conocer el proyecto.
Este edificio que tuvo una inyección de 63 millones de pesos, tiene solo 53 habitaciones.
Fonatur ha afirmado que uno de los primeros problemas fue el sobrecosto del terreno pues éste se adquirió en aproximadamente 120 millones de dólares, cuando su precio real estaba
por debajo de los 20 millones de dólares.
Esto no solo marcó un sobre precioenelproyecto,sinoqueocasionó que el fondo se viera sumergido en una de sus peores crisis financieras, ya que tuvo que fondear estos recursos con créditos de la banca comercial y de desarrollo.
Desde 2012 comenzaron las dificultades económicas del fondo, ya que sus deudas eran de 3 mil 934 millones de pesos, con lo cual estaba 73 por arriba del presupuesto de ese año (2 mil 263 millones).
A la entrada de la administración priista y con otro director al frente del Fonatur, Héctor Gómez Barraza, el principal objetivo era bajar los pasivos; sin embargo, en 2013 la cifra escaló hasta 4 mil 10 millones de pesos, lo que significó que se encontraba 56 por ciento por arriba de su presupuesto (2 mil 555 millones).
La dependencia se enfocó en refinanciar sus deudas con las instituciones financieras y los diversos proveedores, que lo han demandado para exigir los pagos atrasados.
Una de las estrategias de Fonatur para aligerar sus problemas financieros fue otorgar terrenos en los destinos donde opera, a las compañías con las cuales tenía esos adeudos.
El fondo ha realizado el pago de sus pasivos y los ha bajado a mil 600 millones de pesos. Sus planes son seguir aligerando su deuda para que no sea un lastre para sus proyectos futuros y el mantenimiento de los actuales.
El Libro Blanco de Playa Espíritu justificaba que las administraciones anteriores de Fonatur priorizaron el seguimiento de los CIP existentes sin atender sus propios de límites de crecimiento, aunado a los cambios en la demanda turística mundial que debieron de ser analizados para después realizar la diversificación de nuevos proyectos.