Milenio Monterrey

Playa Espíritu, el elefante blanco de 2 mil 500 mdp

Fracaso. Estaba destinado a ser el “nuevo Cancún” en Sinaloa que atraería inversione­s por 170 mil mdp, pero a una década de su lanzamient­o, el Centro Integralme­nte Planeado no ha redituado un solo peso

- ROBERTO VALADEZ

En septiembre de 2011, la entonces secretaria federal de Turismo, Gloria Guevara Manzo, anunció en Mazatlán la puesta en marcha de un nuevo Centro Integralme­nte Planeado (CIP) llamado Playa Espíritu, en Sinaloa, del cual se esperaba que fuera el “nuevo Cancún” y el imán para las inversione­s millonaria­s de la iniciativa privada, tal como lo ha sido durante años el destino turístico de Quintana Roo.

Sin embargo, a casi 10 años ninguna empresa nacional o extranjera ha invertido en el terreno que tiene 12 kilómetros de frente de playa.

De acuerdo con los informes del Presupuest­o de Egresos de la Federación, desde la planeación de esta obra en 2008 hasta 2021, se han destinado más de 2 mil 500 millones de pesos para construcci­ón de infraestru­ctura básica y mantenimie­nto.

Para el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) en este proyecto solo se ha perdido dinero, debido a que no se ha generado el desarrollo turístico que se esperaba, ante la falta de interés de los privados.

En su presentaci­ón, el entonces presidente Felipe Calderón afirmó que la importanci­a de Playa Espíritu radicaba en que era el primer CIP que se desarrolla­ba en el país desde hacía un cuarto de siglo y su apuesta era para atraer tanto al mercado nacional como al estadunide­nse, el más importante para México.

Con base en los presupuest­os de egresos, en 2014 se le destinaron 504 millones 700 mil pesos, siendo el año que más recursos públicos tuvo; le siguen 2015, con 354 millones 700 mil pesos; 2011, con 286 millones; 2012, con 264 millones, y 2010, cuando absorbió 256 millones de pesos.

Playa Espíritu forma parte de la región Mar de Cortés, se localiza en el municipio de Escuinapa, Sinaloa, y tiene una superficie de 2 mil 381 hectáreas.

Calderón mencionó en la presentaci­ón que con la inversión pública realizada por la adquisició­n de terrenos, la construcci­ón de las primeras obras de infraestru­ctura, la adquisició­n de derechos se iban a detonar más de 170 mil millones de pesos de inversión privada.

El entonces presidente panista informó que la oferta hotelera de Playa Espíritu llegaría a las 40 mil habitacion­es, además de que gozaba de una adecuada conectivid­ad terrestre,porlascarr­eterasdela­zonayelAer­opuertoInt­ernacional­de Mazatlán,queestáa85­kilómetros.

Su oferta era muy ambiciosa e incluía campos de golf, una marina, malecón y ramblas recreativa­s y comerciale­s integrados a complejos hoteleros, hoteles boutique y exclusivos spas.

En los poco más de nueve años del proyecto, las empresas hoteleras Meliá, Barceló, RIU, así como Starwood y Grupo Posadas han mostrado interés en el proyecto, pero ninguna inversión se ha cristaliza­do.

Fonatur ha indicado que ninguna compañía ha querido poner algún hotel en Playa Espíritu por la lejanía y porque existen otros polos turísticos que se encuentran altamente posicionad­os como son Los Cabos, en Baja California Sur,

Cadenas hoteleras han mostrado interés, pero no se ha concretado nada

al igual que Litibú, en la Riviera Nayarita.

De acuerdo con informació­n de la Secretaría de Turismo de Sinaloa, el único hotel en el terreno es el que se construyó con recursos del Fonatur y se ha utilizado para hospedar a los inversioni­stas interesado­s en conocer el proyecto.

Este edificio que tuvo una inyección de 63 millones de pesos, tiene solo 53 habitacion­es.

Fonatur ha afirmado que uno de los primeros problemas fue el sobrecosto del terreno pues éste se adquirió en aproximada­mente 120 millones de dólares, cuando su precio real estaba

por debajo de los 20 millones de dólares.

Esto no solo marcó un sobre precioenel­proyecto,sinoqueoca­sionó que el fondo se viera sumergido en una de sus peores crisis financiera­s, ya que tuvo que fondear estos recursos con créditos de la banca comercial y de desarrollo.

Desde 2012 comenzaron las dificultad­es económicas del fondo, ya que sus deudas eran de 3 mil 934 millones de pesos, con lo cual estaba 73 por arriba del presupuest­o de ese año (2 mil 263 millones).

A la entrada de la administra­ción priista y con otro director al frente del Fonatur, Héctor Gómez Barraza, el principal objetivo era bajar los pasivos; sin embargo, en 2013 la cifra escaló hasta 4 mil 10 millones de pesos, lo que significó que se encontraba 56 por ciento por arriba de su presupuest­o (2 mil 555 millones).

La dependenci­a se enfocó en refinancia­r sus deudas con las institucio­nes financiera­s y los diversos proveedore­s, que lo han demandado para exigir los pagos atrasados.

Una de las estrategia­s de Fonatur para aligerar sus problemas financiero­s fue otorgar terrenos en los destinos donde opera, a las compañías con las cuales tenía esos adeudos.

El fondo ha realizado el pago de sus pasivos y los ha bajado a mil 600 millones de pesos. Sus planes son seguir aligerando su deuda para que no sea un lastre para sus proyectos futuros y el mantenimie­nto de los actuales.

El Libro Blanco de Playa Espíritu justificab­a que las administra­ciones anteriores de Fonatur priorizaro­n el seguimient­o de los CIP existentes sin atender sus propios de límites de crecimient­o, aunado a los cambios en la demanda turística mundial que debieron de ser analizados para después realizar la diversific­ación de nuevos proyectos.

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ESPECIAL El anuncio del proyecto fue en septiembre de 2011.

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