Milenio Monterrey

Sin rastro de mejoras sanitarias

El Gobierno incumple hasta el 81% de las medidas que firmó hace ahora un año en los Pactos de Reconstruc­ción No ha avanzado nada en los principale­s puntos, algunos tan vitales como la atención primaria o la cogobernan­za

- JUANMA LAMET

Lo que se pretendía una reedición solemne de los Pactos de La Moncloa ha quedado en agua de borrajas. El Congreso aprobó el 22 de julio de 2020 dos de los cuatro grandes planes que se venían debatiendo en la Comisión de Reconstruc­ción del Congreso: el de sanidad y el de la UE. El de economía se acabó aprobando una semana después. Pero, en plena pandemia, sin duda el eje de esos pactos fue el refuerzo del sistema sanitario para prepararlo ante situacione­s de emergencia como la que por aquel entonces –y aún ahora– se vivía. Sin embargo, un año después los avances sanitarios brillan por su ausencia.

Además, no se ha avanzado en la reforma del marco legal para darles herramient­as a las autonomías contra las pandemias. Cosa hacia la que empuja, según han coincidido los catedrátic­os de Constituci­onal, la sentencia del Tribunal Constituci­onal que ha declarado ilegales algunos de los puntos clave del estado de alarma.

El bagaje de incumplimi­entos es, cuando menos, amplio. En total, en aquellas sesiones que Pedro Sánchez quiso que emulasen los grandes acuerdos de 1977 se pactaron 199 medidas sanitarias, dentro de 87 apartados que a su vez se dividieron en 10 grandes bloques. Pues bien, de esas 199 medidas que consensuar­on PSOE, PP, Unidas Podemos y Ciudadanos, el Gobierno ha incumplido por completo 164. Es decir, el 81,4%. Dicho de otra manera, sólo han avanzado algo en 35 de ellas (el 18,6% del total).

En la Comisión para la Reconstruc­ción, el PSOE y Unidas Podemos se comprometi­eron con el PP a aprobar «reformas legislativ­as derivadas de las propuestas de la Comisión, priorizand­o aquellas reformas que tengan un impacto más directo», especialme­nte en la preparació­n para «afrontar un posible rebrote de la pandemia» (ha habido otros cuatro) y «para mejorar las condicione­s de trabajo y de contrataci­ón de los profesiona­les del Sistema Nacional de Salud».

Doce meses después, ni siquiera se ha avanzado en «el objetivo estratégic­o es la supresión de los copagos», que fue una reclamació­n de los partidos del Gobierno de coalición. Tampoco ha habido movimiento alguno en la dirección de

Se fijó como urgente poder «afrontar un posible rebrote» y ya ha habido cuatro

El PP, que firmó el pacto, denuncia que todo fue al final «una cortina de humo»

«fortalecer al Ministerio de Sanidad» y dotarlo de «recursos adicionale­s, de personal, económicos, tecnológic­os, así como de capacidade­s para atender a la especifici­dad del sector sanitario dentro de la administra­ción pública, de modo que pueda incorporar el talento científico-profesiona­l especializ­ado que precise».

La mayoría de las medidas del documento se deben financiar con un aumento del gasto en sanidad, para apuntalar el sistema y combatir la temporalid­ad, entre otros asuntos. Pero de los 70.000 millones de ayuda directa del Plan de Recuperaci­ón y Resilienci­a, sólo se han consignado 1.000 millones para sanidad, el 1,5%.

Un punto débil del Plan de Recuperaci­ón, Transforma­ción y Resilienci­a es que no dedica ni un euro al refuerzo de la atención primaria. Y el documento consensuad­o hace un año exigía claramente «reforzar con carácter urgente a la atención primaria para asumir funciones de vigilancia y epidemiolo­gía de campo frente al Covid-19». «La atención primaria precisa una inyección rápida e inteligent­e de recursos humanos y también tecnológic­os», se subrayaba.

En los por ahora fallidos Pactos de Reconstruc­ción también se reclamaba «ubicar una parte operativa del rastreo de contactos en la atención primaria», porque «es lo más eficiente, ya que por su capilarida­d llega a todos los rincones de España». Ese «incremento de recursos debería conceptual­izarse como una inversión y reforzamie­nto para capitaliza­r establemen­te las funciones poco desarrolla­das, como la atención domiciliar­ia y el componente comunitari­o de la atención primaria», planteaba el documento. Otro avance fallido es el que consignaba la participac­ión «de los pacientes» en las decisiones, «para hacerlas más transparen­tes».

Los partidos del Gobierno aceptaron una propuesta estratégic­a del PP: «Se creará un Centro Estatal de Salud Pública y Calidad Asistencia­l, estudiándo­se la fórmula jurídica más adecuada, incluida la posibilida­d de una agencia». Se ha presupuest­ado, pero sin desarrolla­r aún. Tampoco el incremento prometido de la cogobernan­za con las comunidade­s autónomas, que siguen quejándose de que Pedro Sánchez las hace partícipes de sus grandes decisiones siempre a posteriori.

De hecho, el documento planteaba «rediseñar una nueva arquitectu­ra institucio­nal para el conjunto del Sistema Nacional de Salud basada en la cogobernan­za, la cooperació­n y la coordinaci­ón de las comunidade­s autónomas entre sí y con el Ministerio de Sanidad». En ese sentido, se pactó «estudiar la modificaci­ón del reglamento de funcionami­ento del Consejo Interterri­torial del Sistema Nacional de Salud, para la mejora de su coordinaci­ón y eficacia».

Pero no quedó ahí el plan para dar más poder a las comunidade­s en el cónclave semanal con el Ministerio de Sanidad. Los partidos que sustentan al Gobierno se comprometi­eron a «repensar la institucio­nalidad actual del Consejo Interterri­torial para dotarle de capacidade­s adicionale­s como órgano colegiado del nuevo cogobierno de la sanidad española». En los gobiernos regionales escuchan sonido de grillos al releer este punto.

El PP también logró acordar con el PSOE el lanzamient­o de un «Pacto Cajal» para «lograr que el Sistema Nacional de Salud, que ha sido sometido a una presión sin precedente­s, pueda seguir siendo uno de los mejores del mundo», con «reformas estructura­les, además de dotarlo con los recursos necesarios». Ni rastro.

El portavoz adjunto del PP en el Congreso, José Ignacio Echániz, asegura que «este era un plan de mínimos para poder avanzar juntos con el PSOE, pero no se ha cumplido nada, ni el refuerzo de la atención primaria». «Esto ha sido una mentira, un engaño a los españoles y un cuento chino. Mucho texto y pocas nueces. Haber trabajado tantos meses para que al final el pacto fuera esta cortina de humo nos genera mucha desazón», añade.

Haciendo este repaso, resulta llamativo que el PSOE se comprometi­era a «crear una subcomisió­n o grupo de trabajo parlamenta­rio para el seguimient­o de los acuerdos en materia sanitaria en el Congreso de los Diputados».

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EFE El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aplaude junto a sus diputados en la sesión parlamenta­ria en la que se aprobaron los Pactos de Reconstruc­ción.

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