Lecciones de Vaselina

Ahora que la partida Olivia Newton-John ha dejado claro que sí hay personas universalmente queridas, hay muchos otros temas que vale la pena revisitar. Afortunadamente para quien quiera ver la cinta en la que nos enamoró con Sandy, Vaselina ha llegado al streaming (Paramount+) más rápido que “Grease Lightning ” (si no saben lo que es eso, vean la película).

Ante un mundo en el que los roles de los personajes que en el pasado eran muy claros, creo que muchas personas –a mí me ocurrió en algún momento–, décadas después de amar la cinta nos dimos cuenta de algo que parecía horrible: Sandy se tuvo que megasexualizar y cambiar por completo para gustarle a Danny (Travolta). No solo eso, la escena de “You’re The One That I Want” cuando bailan enamorados en la feria fue reproducida miles de veces por niñas y niños en el mundo. Y no todos a cargo de Julissa.

Estoy agotada de la cultura de la hipersensibilidad, así que decidí ignorar el “no tan buen mensaje” del final por pura conveniencia. Afortunadamente, un amigo mío apuntó algo que quienes habíamos hecho esa critica no habíamos notado: Danny se había puesto el suéter mas ñoño del mundo para ser como la Sandy original. Eso fue lo hermoso. Ambos optaron por ceder ciertas cosas para coincidir. Y no sabían que el otro lo haría también. Parece tonto, pero me tengo que preguntar por qué ese detalle se nos había pasado. ¿No que muy analíticos? Pues se nos pasó a muchos porque, como suele ser, estamos ya acostumbrados a fijarnos en lo que nos reforzará lo que ya queríamos creer. Una lección en el repaso de la vida de una hermosa mujer.