Peleando por mi vida
La historia real del sobreviviente de Auschwitz, Harry Haft, ha llegado al cine de la mano de Barry Levinson (Buenos días, Vietman, Rainman), es un acontecimiento emocional que espero muchísmos vean, a partir de este jueves en los cines.
No va a ser fácil, es una gran historia, pero no es escapismo. Absolutamente todo lo contrario. Es una enorme oportunidad de revisar muchas de las cosas que damos por hecho de la condición humana, particularmente cuando la humanidad nos pone a prueba de la manera más grotesca y cruel, como ocurrió en los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial.
Haft pudo sobrevivir porque era un muy buen peleador. La historia está tomada de la vida real, del libro que su propio hijo escribió, de la devastadora culpa del sobreviviente que tantos viven después de algo catastrófico. Que algunos tienen que enfrentar de especial manera por sus circunstancias particulares, más que otros. Algo de lo que todos podemos aprender.
Estuvimos en el Museo de Memoria y Tolerancia con el director académico del mismo, el doctor Adán Baltazar García y el periodista David Faitelson; tuvimos una plática muy esperanzadora considerando que la historia parte de la total desesperanza. Ya la compartiremos completa con ustedes, por ahora que baste con decirles esto: examinar la historia, lo que pensamos que no nos ataña y descubrir cómo es que sí, es una de las mejores acciones que podemos tomar para buscar un presente y futuro en los que no haya tiranos que nos puedan separar y destruir.
La cinta es dura pero fascinante, y agradezco que llegue a la pantalla grande en México. No es una historia que deba verse con interrupciones de la vida frente a las pantallas de casa.
Twitter: @susana.moscatel