Cuando el fanatismo atenta contra los artistas y escritores
En su ensayo Contra el fanatismo (Siruela), el israelí Amos Oz afirma que“el fanatismoes más viejo que el islam, que el cristianismo, que el judaísmo. Más viejo que cualquier estado, gobierno o sistema político. Más viejo que cualquier ideología o credo del mundo. Desgraciadamente, el fanatismo es un componente siempre presente en la naturaleza humana, un gen del mal, por llamarlo de alguna manera”. Basta echar un vistazo a la historia contemporánea para comprobar que el atentado sufrido por Salman Rushdie el pasado 12 de agosto es tan solo el más reciente de los llevados a cabo contra los escritores.
En 1936, un mes después del golpe de Estado que desencadenó la Guerra Civil española, el poeta y dramaturgo Federico G ar cía L orca fue fusilado por sus ideas republicanas y, hasta la fecha, su cuerpo no ha sido hallado. Hace exactamente seis décadas, en agosto de 1952, Stalin mandó ejecutar enMoscúa 13 escritores y artistas judíos de la Unión Soviética, entre ellos el novelista Da vid B erg el son y los poetas Itzik Feffer y Leib Kvitko. También en Rusia, pero en 2006, la periodista y escritora Anna Politkóvskaya, premiada por documentar violaciones a los Derechos Humanos por tropas rusas, fue asesinada en el ascensor del edificio donde vivía.
Durante la Revolución Cultural china, unos 550 mil intelectuales fueron condenados a “reeducación mediante el trabajo” en las zonas más agrestes del gigante asiático. Dos décadas más tarde solo quedaban con vida 100 mil.
El escritor La oS he, por ejemplo,apareció flotando en un río de Pekín luego de ser arrestado por la guardia del gobierno.Li Da, escritory director de la Universidad de Wuhan, fue torturado hasta la muerte y Fu Lei, traductor de Volt aire yBalzac,a pareció ahorcado en su casa. Todos eran considerados enemigos del comunismo.
Temor a la pluma
El cineasta, ensayista y escritoritaliano PierPaoloPa sol i ni fue asesinado en 1975 bajo circunstancias no aclaradas, después de causar polémica con su última película, Saló o los 120 días de Sodoma. Ese mismo año, el poeta salvadoreño Roque Dalton fue ejecutado por el Ejército Revolucionario del Pueblo.
En mayo de 1976, un grupo de militares irrumpieron en la casa del escritor argentino Haroldo Conti, lo golpearon, lo robaron, interrogaron durante seis horas y lo secuestraron. Su cuerpo no apreció. Otra víctima asesinada y desaparecida de la dictadura argentina fue Rodolfo Walsh, autor de Operación Masacre.
Igual que Rushdie, los egipcios Fargag Foda y Naguib Mahfuz fueron señalados como “blasfemos”. Después de que publicaran una caricatura del profeta Mahoma, la redacción de la revista Charlie Hebdo fue atacada al grito de “Alá es el más grande.”
En 2018, el editor, poeta y bloguero bangladesí Shahzahan Bachchu, fue emboscado en Bangladesh (India). Y hace poco más de un año, después de que los talibanes controlaran Kabul (Afganistán), el poeta Abdullah Atefi fue torturado y ejecutado.