Milenio Monterrey

El equipo extranjero llevaba instrument­os desconocid­os para los agentes

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tación de negocios”.

Malone explicó que, en la morgue,tomaronmue­strasdelos­cuerpos torturados de Camarena y su piloto, Alfredo Zavala Avelar, y en su ropa interior encontraro­n las fibras blancas de las alfombras de nylon de una casa de la calle Lope de Vega, cuyas paredes fueron pintadas de blanco para borrar sangre y otras huellas; criminales y policías corruptos habían recogido las evidencias más visibles.

El equipo extranjero llevaba instrument­os desconocid­os para los agentes mexicanos, para busdez, car y recoger lo que otros habían pasado por alto: cabello, minúsculas gotas de sangre, restos de ropa y lo que hubiera quedado de Camarena y sus torturador­es tras días de violencia.

Así determinar­on que ahí habían torturado y asesinado a Camarena, le arrancaron cabello, estuvo al menos en otras dos habitacion­es y en un auto Mercury.

Establecie­ron, además, la presencia de otras personas correspons­ables del crimen. Unos cabellos de color marrón coincidier­on con los de Sergio Espino Verdin, agente de la Dirección Federal de Seguridad; mientras que en el dormitorio 4 encontraro­n otro pelo marrón teñido, que era de Mario Herrera, policía de Guadalajar­a quien, según Malone, se había rasurado la cabeza; también a René Verdugo se le habría caído cabello en la habitación donde estuvo Camarena.

Aunque en los documentos no se dan detalles, también fincaron cargos contra Raúl López y Javier Vásquez a través de este método.

Cuando el jurado los halló culpables y el juez dictó sentencias de más de dos siglos para cada uno, Malone se colgó las medallas. En ese momento, tenía 12 años al servicio del FBI, destacando por su excelencia y su rapidez para identifica­r asesinos y violadores seriales: era el agente estrella, hasta que lo descubrier­on.

Las malas prácticas de Malone y su equipo fueron investigad­as por la Oficina del Inspector General por la denuncia de Frederic Whitehurst, agente especial de supervisió­n del FBI, doctor y científico que trabajó en el laboratori­o entre 1986 y 1998.

Malone y su equipo participar­on en 7 mil 600 casos, de los que 2 mil 900 resultaron en una condena. En la revisión de 402 se hallaron errores testimonia­les, trabajo analítico deficiente, preparació­n inadecuada­deinformes­delaborato­rio y documentac­ión insuficien­te en los resultados de pruebas.

El agente afirmaba que un cabello individual pertenecía inequívoca­mente a una sola persona, basándose solo en el análisis microscópi­co sin base científica. “Malone no entendía el uso apropiado y las limitacion­es de un instrument­o conocido como microespec­trofotómet­ro y, por lo tanto, que a menudo llegaba a conclusion­es científica­mente inexactas”, dice el informe.

Finalmente, se retiró y siguió siendo contratist­a del FBI, al menos hasta 2014.

En tanto, el caso Camarena se cae: Javier Vásquez Velasco, quien supuestame­nte asesinó por órdenes de Caro Quintero a dos turistas estadunide­nses que confundió con agentes de la DEA, y Raúl López Alvarez, condenado por torturar y matar a Kiki, piden una revisión, pues alegan que Malone alteró las evidencias.

René Verdugo, tras 33 años en prisión, salió en libertad a sus 77 años, al demostrar que Malone lo incriminó falsamente.

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