El libro de Jorge de Esteban
MIENTRAS continúen bloqueados los documentos institucionales –y parece que lo estarán durante mucho más tiempo, tal y como está redactada la nueva ley de secretos oficiales progresista–, para poder esclarecer lo ocurrido en un periodo tan crucial en la Historia de España como fue la Transición tendremos que ir tirando con las crónicas e investigaciones periodísticas, los estudios específicos a partir de archivos personales, los relatos históricos elaborados con material no clasificado y, sobre todo, con las memorias y los testimonios de los protagonistas. Entre ellos, Jorge de Esteban, que publicó hace unos meses El libro que
democratizó España (Tirant Humanidades, 2021), unas memorias constituyentes –así reza el subtítulo– que lejos de pretender dar una versión completa y definitiva, aspiran a arrojar luz sobre un aspecto muy concreto del proceso. Porque más que una sola, entre la muerte de Franco y la promulgación de la Constitución hubo en España varias transiciones. Y si Leopoldo Calvo-Sotelo personificó la Transición exterior, Gutiérrez Mellado la del Ejército, Adolfo Suárez la política o Vicente Enrique y Tarancón la religiosa, a Torcuato FernándezMiranda le tocó protagonizar la legislativa.
Siendo ya catedrático de la Complutense, en 1972 De Esteban recibió la llamada de «un grupo de profesionales cercano a José María de Areilza», del que también formaban parte
Si Fernández-Miranda supo pasar ‘de la ley a la ley’ en la Transición fue gracias a un libro que por encargo escribió Jorge de Esteban
José Luis Zavala, Luis Solana, César Alierta o Gregorio Marañón. La propuesta era clara: «Consistía en saber si el Príncipe, que había jurado las Leyes Fundamentales, se había incapacitado para convertir a España en una democracia de tipo occidental, sobre todo porque se jugaba la Corona». Al principio, confiesa, «la cuestión me parecía más bien grotesca», pero tras leer con atención las siete leyes que conformaban el corpus legislativo del franquismo, entendió que «utilizando el uso alternativo del Derecho y mediante una interpretación creativa, tal vez se podría pensar en esa insólita posibilidad». Con cuatro de sus discípulos, se retiró a la Hospedería del Valle de los Caídos y de ahí salió Desarrollo político y Constitución española (Ariel, 1973), «un libro que será fundamental para el futuro de España», tal y como le confesó el propio Torcuato pocos días antes de ser nombrado vicepresidente de Carrero Blanco.
El resto ya es conocido. Bajo la fórmula de la ley a la ley, Fernández-Miranda provocó una auténtica ruptura política, al lograr que el franquismo se devorase a sí mismo. Eso fue la Ley para la Reforma Política, que no habría sido posible sin el texto de Jorge de Esteban y su interpretación creativa. «Una hora de disimulo», se dijo entonces, «remedia más males que un año de resentimientos».