Se trata de que la justicia llegue a más personas y deje de ser una institución sombría y distante
forma, conocemos mejor las necesidades, problemáticas y realidades de la gente.
Asimismo, las redes sociales nos han permitido difundir comonuncalaculturaconstitucional:daraconocerloscriteriosdelaCortequeprotegenlosderechoshumanosyofrecer herramientas para hacerlos valer dentro y fuera de los tribunales.Así,contribuimosalaconstruccióndeunaciudadanía másrobustayparticipativa,especialmenteenlossegmentos sociales que no utilizan —o utilizan cada vez menos— los canales tradicionales de comunicación, como las y los jóvenes.
Pero además, la comunicación digital ha sido esencial para defender nuestra legitimidad y la calidad de la conversación pública. En México y en otras partes del mundo atravesamos un momento complejo en el que existen voces interesadas en capturar a la justicia y utilizarla como un arma en el juego político, a costa de su integridad. Por ello, las redes sociales son un canal indispensable para informar eficazmente, publicando resultados y aportando datos duros que clarifiquen los cuestionamientos sobre nuestra labor.
La imparcialidad y la independencia judicial exigen conducirse con prudencia y responsabilidad en las redes sociales. Pero el ecosistema digital es parte innegable de nuestra realidad. Por ello, debemos aprovechar las herramientas tecnológicas para acercarnos a la sociedad y mantener una conversación plural, dinámica y constructiva con todas las personas a las que servimos. De lo que se trata es de que la justicia llegue a más personas y deje de ser una institución sombría y distante de nuestro imaginario para ser parte de la experiencia cotidiana de la gente y de nuestra cultura democrática.