Mirar para adelante
Después del Informe presidencialmeentrólacuriosidad de ahondar en algunos resultados reportados por el Presidente, principalmente lo concerniente al empleo, siendo la ocupación remunerada la columna vertebral de la sociedad ( junto con la salud y la educación). Efectivamente, pude corroborar en mi breve inmersión al Inegi que se ha librado con creceslaterriblebatallacontraladesocupación provocada por la pandemia.
La tasa de desocupación (población desocupada respecto a la población económicamente activa) se encuentra en 3.2%, mejor que a niveles prepandémicos. En el segundo trimestre de 2022, la Población Económicamente Activa (PEA) del país fue de 59.3 millones de personas, de 55.5 antes de la pandemia, denotando un crecimiento anual de recuperación de la fuerza de trabajo de 2.4%. La disposición a mirar para adelante se encuentra a todo lo que da, encontrándose ya la tasa de participación laboral a niveles prepandémicos.
Las cifras hablan, tenemos que admitir, querámoslo o no, que todo esto fue logrado gracias a las actividades anticíclicas del gobierno federal, en particular, el haber concentrado una gran parte del gasto en infraestructura de todo tipo, tanto de gran calado como la intensificación en la construcción carretera y re-construcción de caminos rurales, así como ocupación en programas como Sembrando vida y Jóvenes construyendo el futuro. Este último programa no inventó el hilo negro de entre las propuestas más ambiciosas de la economía del empleo, pero es de los pocos países donde la propuesta ha sido implementada, resultando en una conversión significativa del programa en empleos formales de los jóvenes que gracias a ello pudieron incorporarse a la vida laboral.
Toca ahora concentrarnos en mejorar la calidad del empleo. Por un lado, las mujeres tenemos que incorporarnos a la fuerza laboral mediante sistemas de escuelas de tiempo completo y guarderías que funcionen, que cuiden a nuestros hijos mientras trabajamos. Nuestra participación es apenas de 44% contra 76% de los hombres.
Tenemos que formalizar al sector informal que sigue creciendo en participación. Y la productividad debe aumentar. Nuestras remuneraciones siguen estancadas a niveles de 2013.
No podemos parar, ni distraernos, mirando para adelante.
Toca concentrarnos en mejorar la calidad del empleo