Prisión y guardia; entrega priista
Quieren esconder sus errores en el camuflaje de la estadística. Florestán
Ayer fue un día de esos que trascienden en la vida pública del país, en el que la Suprema Corte pospuso su decisión sobre la constitucionalidad de la Prisión Preventiva Oficiosa y el Senado de la República aprobó ya en esta madrugada la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, en contra de lo que dice el mandato constitucional de que será siempre un cuerpo civil.
En el primer caso sucedió lo que le había adelantado, que el ministro ponente, Luis María Aguilar Morales, retirara su proyecto para, dijo, enriquecerlo con las opiniones expuestas por sus pares, no por presión y menos temor a las ofensivas presidenciales desde su palacio.
En el segundo, la mayoría senatorial de Morena y rémoras, tras el encuentro de la víspera con Adán Augusto López Hernández, se alineó en el sentido que les dijo: unidad y voto a favor. Tras la reunión, hasta los duros se formaron para sacar el dictamen tramitado en comisiones y, en horas de la madrugada, aprobado por el pleno.
Todo esto se dio en medio de la debacle de la alianza Va por México, tras la entrega sin pudor alguno de Alejandro Moreno al presidente López Obrador, lo que fracturó el frente opositor que solo se mantiene en el Senado, pero que a él, por ahora, lo salvó. Y digo que por ahora, porque cada vez que necesiten los votos priistas para aprobar una reforma constitucional de la 4T, le apretarán en el mismo lugar y él volverá a ceder igual.
Ya enseñó el camino donde le duele y de donde lo tienen agarrado.