Milenio Monterrey

Ajustes en los tipos de cambio, otro reto para economía global

Editorial. Menor participac­ión de EU en la producción global, monedas digitales y el uso del dólar como arma hacen posible que desaparezc­a la fuerza del billete verde

- CONSEJO EDITORIAL

Como si la crisis energética y las tasas de inflación más altas de las últimas cuatro décadas no fueran lo suficiente­mente disruptiva­s, la economía mundial también se ve sacudida por grandes reajustes en los tipos de cambio. Después de dos décadas de ser más fuerte que el dólar, el euro se encuentra ahora en paridad con el billete verde. La semana pasada, la libra esterlina cayó a su nivel más bajo frente al dólar desde 1985, y muchos analistas esperan que siga cayendo. El yen, por su parte, sigue con su descenso vertiginos­o y se prepara para su peor año en registro.

Una parte de esta historia sigue un patrón familiar: en tiempos de problemas, los operador ese inversioni­stas acuden en tropel al dólar como refugio seguro. Esto ocurrió así incluso en la crisis financiera mundial de 2008, cuando el propio colapso financiero de Estados Unidos fue el epicentro. En este momento, un sinnúmero de factores alimenta la demanda por la seguridad de los activos estadunide­nses: la invasión a Ucrania, la crisis energética de Europa y la precarieda­d sobre cómo algunos mercados emergentes manejarán los altos precios del petróleo y los alimentos. E U es, en esencia, la opciónmeno­s in segura, sobretodo al tener en cuenta su posición como exportador neto de energía.

Los fundamento­s económicos también respaldan la huida hacia el dólar. En la conferenci­a de Jackson Hole de este año, el discurso del presidente de la Reserva Federal de EU, Jerome Powell, fue breve pero muy claro: la Fed no dudará en subir aún más las tasas de interés en su intento de reducir la inflación, que aún es más de cuatro veces superior a su objetivo. Esto eleva el atractivo relativo de los valores en dólares, ya que las tasas de de los bancos centrales van a la zaga de los de otras economías avanzadas. Las perspectiv­as de la euro zona y de China también se oscurecier­on, mientras que los datos recientes apuntan a una cierta resilienci­a en Estados Unidos, junto con el apoyo fiscal del presidente Joe Biden.

Una serie de factores idiosincrá­sicos también contribuye­n a la debilidad de algunas divisas. El

uso como arma por parte de V la dí m ir Pu tind el os flujo s de gas hace que la economía europea sufra un enorme choque en los términos comerciale­s. La incertidum­bre sobre cómo superará la crisis de energía hace que los inversioni­stas se pongan nerviosos. En Gran Bretaña, la confianza en la credibilid­adfiscal resultó mermada por las finanzas públicas del nuevo gobierno, que ya se encuentran bajo presión, los golpes alas institucio­neseconómi­cas independie­ntes y los enormes planes de endeudamie­nto. El Banco de Japón, por su parte, mantiene una política monetaria flexible para estimular el crecimient­o y la inflación.

La fortaleza del dólar tiene profundas implicacio­nes. En las economía s avanza das, los bancos centrales tratan de ponerse al día con la Fed para evitar un mayor debilitami­ento de sus monedas, lo que también aumenta la inflación importada. El aumento de las tasas de interés es aún más problemáti­co para algunos, ya que el endeudamie­nto por la crisis de energía se suma a los ya elevados montones de deuda por la pandemia. En

los países emergentes, amenaza las crisis de la balanza de pagos al aumentar la carga de la deuda con denominaci­ón en dólares y motivar las disruptiva­s salidas de capital. Alrededor de 20 mercados emergentes tienen deuda que está operando en niveles de dificultad, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

No hay soluciones rápidas. La única forma sostenible de que las economías avanzadas recuperen terreno frente al dólar es a través de políticas creíbles y prudentes que las lleven a superar la crisis actual y a seguir por vías de mayor crecimient­o. Para el mundo emergente, es fundamenta­l una reestructu­ra de la deuda multilater­al mejor coordinada.

La reducción de la participac­ión de E U en la producción mundial, el auge de las monedas digitales y el uso del dólar como un arma en las sanciones contra Rusia son razones para su posible desaparici­ón; sin embargo, la moneda aún tiene una gran influencia en la economía mundial, dado su papel dominante en el comercio y las finanzas mundiales.

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REUTERS La semana pasada, la libra cayó a su nivel más bajo frente al dólar desde 1985.

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