¿Prensa de espectáculos 007? Parte II

“S e deben a su público”, es el pretexto más común de muchos compañeros de la fuente que consideran que hablar de espectáculos y de las personas que son parte de esa industria, sobretodo del otro lado de la pantalla, para a) vertir veneno actuando como si fuera un acto inofensivo sobre ellos y peor aún b) actuar como jueces morales de actos que en realidad desconocen en su gran parte.

Esta fuente no solo olvidó la absoluta necesidad del contexto, sino que aprovechó de los que no saben lo que es eso para negar que dijeron lo que dijeron. Peor aún si sacamos de contexto más seguido que no. Con un titular engañoso, solo usando una frase de toda una explicación, en ocasiones una frase que repudiaba un mal comportamiento que emitió el famoso es distorsionada por completo solo para el click, el rating o la atención.

Habrá quien lo considere entretenimiento sin víctimas, pero incluso más allá de la gente de la que se “chismea” la verdadera víctima es la credibilidad de quien sustenta ya cualquier otra cosa que no queramos creer. Así como el chisme fue mentira o exagerado, ¿por qué no aplicar el mismo desdén a una nota bien investigada de cualquier fuente que nos diga cosas que no queremos que sean verdad? ¿La política? Tal cual. Mismo formato. Por eso hay que ver firmas y saber quién es quién en la seriedad de este trabajo.

Por supuesto que todo esto no salió de una ocurrencia en tres partes, como lo será esta columna, que es la segunda. Ya llegamos al extremo que la misoginia y tomar temas muy graves a la ligera; como juego de ratings no puede seguir siendo tolerado. Sí, hablo de la persona que al aire agredió a sus compañeras diciendo que se iban ellas o él. ¿Quién creen que se fue? ¿Y por qué? Eso, a fondo, mañana. Mientras tanto: rescatemos esta fuente por favor.