Milenio Monterrey

Palacio de Westminste­r Arman apuestas sobre la cifra de dolientes en el funeral de Isabel II

En el segundo día de puertas abiertas en el inmueble, las personas esperan hasta nueve horas para estar frente al ataúd y despedirse de la monarca; la familia real acude hoy a realizar una guardia de honor

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Filas de varios kilómetros se forman a la orilla del río Támesis en espera de dar el último adiós a quien detentó 70 años la corona.

Los kilómetros y las horas de espera para poder despedirse de la reina Isabel II aumentan cada vez más. Ayer, segundo día de puertas abiertas en el Palacio de Westminste­r, el tiempo en la fila pasó de ocho a nueve horas y la distancia para estar frente al ataúd de la monarca británica ahora es de casi ocho kilómetros.

Ni las advertenci­as en que se han convertido las comunicaci­ones oficiales del gobierno o las notas informativ­as de los medios han ahuyentado a los británicos, quienes ayer salieron por millares para caminar en sentido contrario a la fila, a pie del río Támesis, para buscar al último en la cola y formarse detrás.

Y ya ni decir de las publicacio­nes en redes sociales como Twitter, en la que el hashtag #queenqueue (#filareina) fue tendencia en Reino Unido por los comentario­s irónicos, algunos más informativ­os y referencia­les, así como otros de plena mofa con memes tomados, por ejemplo, de la histórica portada del grupo musical The Beatles en el cruce de la calle Abbey Road para decir que John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr eran parte de la cola o que buscarían incluir esta fila en los récord Guinness. Incluso durante un momento se generó un debate entre algunos usuarios que hicieron números del total de personas que lograrían despedirse de la soberana tomando en cuenta toda clase de factores: 350 mil, 470 mil, 500 mil...

Desafiar a la autoridad

A los fieles de Elizabeth Alexandra Mary tampoco les importó que la temperatur­a en la capital inglesa bajó ayer significat­ivamente y que, incluso por momentos, estuvo a punto de llover.

A lo que tampoco han hecho caso es al llamado de las autoridade­s para que no lleven sillas de ningún tipo porque no se permitirá su acceso al Westminste­r Hall; sin embargo, las personas las utilizan, principalm­ente plegables, durante varios tramos de la fila y en el primer filtro de seguridad las dejan, de todos tamaños, colores y materiales, en la calle.

En el último corte hecho ayer por el gobierno del Reino Unido, a las 22:19 horas, tiempo de Londres, 16:19 horas de Ciudad de México, la fila superaba los 7 kilómetros con 800 metros, siendo el parque Southwark el punto de referencia del final de la cola.

Debido a esta enorme afluencia de dolientes que quieren ingresar al Palacio de Westminste­r, las autoridade­s londinense­s han tenido que poner a disposició­n una página de internet para planificar la ruta, de acuerdo a las necesidade­s de cada persona.

Aunque siempre habrá la posibilida­d de seguir la transmisió­n en vivo e ininterrum­pida que la BBC está llevando a cabo, y que en YouTube, por ejemplo, se puede seguir desde cualquier parte del mundo; anoche tenía, en promedio, 7 mil 500 vistas.

El rey y los príncipes

Y quizá, por un incentivo extra que habrá hoy, los simpatizan­tes de Isabel II aumenten todavía más las filas y las horas de espera: la familia real ha anunciado que sus hijos Carlos III, la princesa Ana, el príncipe Andrés (duque de York) y el príncipe Eduardo (conde de Wessex), mostrarán sus respetos como, desde el miércoles, miles de dolientes lo han hecho en Westminste­r Hall.

Eso sí, la realeza no tendrá que hacer fila, tampoco usará una pulsera como identifica­ción que ha pasado del color amarillo, el miércoles, al naranja, el jueves. Mucho menos tendrá que apagar su celular ni pasar por el detector de metal, tipo aeropuerto, que las autoridade­s han instalado antes de poder ingresar al histórico recinto parlamenta­rio británico, conocido como Capilla Ardiente.

A las 19: 30 horas londinense­s, los integrante­s de la familia real se formarán alrededor del ataúd para realizar por algunos minutos una guardia de honor.

Cuando ellos se alejen, seguirán ahí los Guardias del Rey en permanente vigilia, con una capacidad que muchos admiran debido a que mantienen la misma posición durante seis horas.

Incluso sus uniformes lo hacen más complicado pues, en algunos casos, el caracterís­tico sombrero alto de piel de oso les llega a tapar los ojos. Lo único que los ayuda es poderse recargar en la especie de alabarda que llevan consigo hasta que llega el relevo marchando en formación de dos en dos; y es que si para los fieles de la reina Isabel II es devoción asistir a despedirla, para ellos es honor y deber.

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HENRY NOCHOLLS/REUTERS
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