Tributo de la 4T a Felipe Calderón
En posición de firmes, mientras mira por la televisión el desfile del 16 de septiembre, encabezado por la Guardia Nacional, el cartujo piensa en el insólito homenaje del actual régimen al expresidente Felipe Calderón, quien en 2006 inició la estrategia de militarización de la seguridad pública en el país, continuada por Peña Nieto y fortalecida, como nunca, este sexenio, en una especie de reconocimiento tácito a las decisiones del impulsivo michoacano.
Don Felipe debe estar complacido, con otras palabras y otros actores la llamada cuarta transformación sigue sus pasos, contraviniendo sus promesas y presuntas convicciones.
La violencia imparable llevó al presidente López Obrador a firmar el decreto del 11 de mayo de 2020, mediante el cual se facultó a las Fuerzas Armadas para “realizar tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada y complementaria”, según recuerda Oswaldo Zavala en Una historia intelectual del “narco” en México (Debate, 2022). En esta tarea, los militares estarían en coordinación con el mando civil de la Guardia Nacional a través de un acuerdo vigente hasta el 27 de marzo de 2024.
En los hechos todo ha sido simulación: la Guardia Nacional —creada en 2019 con el propósito de “desmilitarizar gradualmente al país”, como escribe Zavala— nunca fue una institución civil, y jamás lo será al quedar formalmente adscrita a la Defensa. El ejército quizá vuelva a los cuarteles en 2024 o tal vez prolongué su presencia en el espacio público hasta 2029, como propuso el PRI y aprobó la Cámara de Diputados ante el beneplácito del primer mandatario y el alivio del contorsionista Alejandro Moreno.
La breve historia de la Guardia Nacional no ha sido luminosa, en sus primeros meses se encargó de reprimir a los migrantes en las fronteras norte y sur con lujo de violencia, y las quejas contra ella en el Sistema Nacional de Alerta de Violación a los Derechos Humanos de la CNDH, presidida por Rosario Piedra, supera el millar desde su creación. No es una buena noticia su paso a la Sedena, aunque sus integrantes, soldados al fin, marchan bastante bien.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.
La breve historia de la Guardia Nacional no ha sido luminosa