Milenio Monterrey

Los comedores escolares, molestos con Garzón: «Ya somos sanos»

El ministerio quiere reducir el uso de carne, priorizar la proximidad y los productos ecológicos

- DIEGO G. CAMPORRO MADRID

Las nuevas directrice­s que Alberto Garzón, ministro de Consumo, quiere incluir en su proyecto de ley para fomentar una alimentaci­ón «saludable» en los comedores escolares patrios ha puesto en guardia al sector y obligará, casi con toda seguridad, a una subida de precios.

El Gobierno quiere obligarles, entre otras cosas, a utilizar al menos un 45% de frutas y verduras de temporada, a usar productos de proximidad en la elaboració­n de los menús, a incluir al menos un 5% de los alimentos de producción ecológica, a reducir sustancial­mente la carne, con un máximo de una ración de carne roja a la semana, o a cocinar o freír siempre con aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico.

La inflación marca el ritmo, y con frescos como la carne de ave – que cada vez se utiliza más en los comedores para suplir a la carne roja– disparada un 17,6%, la fruta un 12,1% o los yogures un 17,3%, se antoja imposible que este nuevo proyecto no conlleve un traslado de precios al consumidor final.

La reacción en bloque de todo el sector se demorará hasta el lunes, puede que, incluso, hasta el martes, entienden que necesitan tiempo para asimilar esta «inesperada propuesta», pero la sensación entre las principale­s empresas que operan los servicios de restauraci­ón en los comedores escolares es de inquietud. «Todas estas iniciativa­s deben asumir la realidad económica que actualment­e vivimos para que su implantaci­ón sea sostenible a todos los niveles. Para esto resulta fundamenta­l que las institucio­nes públicas competente­s adecuen los precios de estos servicios», apunta uno de los socios de la patronal mayoritari­a del sector en España.

Otro matiz en la redacción del texto que preocupa, y que deberá ser concretado por parte de Consumo antes de que se apruebe la ley, es el de la «proximidad» de los proveedore­s. Una fruta de Valencia tiene el mismo valor nutriciona­l que una de Galicia, sin embargo, estas no tienen el mismo precio, recuerdan. Así es como, atendiendo al factor de la «proximidad», podrían encarecers­e también los menús.

La principal desavenenc­ia con esta propuesta no proviene ni mucho menos con el contenido de la misma. De hecho, las propias empresas consultada­s por EL MUNDO creen que podría llegar a ser positiva siempre que se aplique en pro de «beneficiar al consumidor final». Sin embargo, las formas y sus tiempos no han gustado.

Y es que Consumo llamó «a consultas» el pasado mes de mayo a la patronal mayoritari­a del sector –Food Services– y esta le remitió evaluarlo más pormenoriz­adamente antes de calcular el impacto que estas nuevas medidas puede tener sobre los precios.

No obstante, algunos de sus socios, como es el caso de Eurest, apuntan a que ya han implementa­do muchas de las medidas que ahora se esgrimen: «Ya somos sanos, estas medidas lo que hacen es avalar nuestra prioridad en los comedores escolares. Todos nuestros menús están supervisad­os por un equipo de nutricioni­stas y dietistas. Promovemos el consumo de productos de temporada y cercanía, tenemos iniciativa­s para impulsar el aceite de oliva de origen nacional en nuestros comedores», explican.

En lo estrictame­nte relativo al consumo de carne, la posición por parte del ministerio se mantiene inamovible. Reducir su ingesta ha sido bandera desde que Alberto Garzón tomase posesión del cargo. De hecho, en el día de ayer, Greenpeace «aplaudió» el nuevo menú presentado por Garzón argumentan­do que «fomentaba la alimentaci­ón sostenible y saludable» al ver reducida la cantidad de carne en el menú. No obstante, desde la organizaci­ón ecologista creen que el Gobierno debe ir todavía más allá y exigir una única ración de carne por semana.

Que el Gobierno quiera obligar a los comedores escolares a reducir el uso de carne no ha sido bien acogido tampoco por el sector cárnico. «Las recomendac­iones tienen que venir de expertos en nutrición y expertos médicos, no por recomendac­iones que son las que aplauden los Me gustaría conocer los principios en los que se basa quien recomienda este tipo de menús de sólo una pieza de carne a la semana», explica Pedro Barato, presidente de Asaja. sus sugerencia­s. Desde entonces, y hasta el pasado jueves 15 de septiembre, no volvieron a recibir comunicaci­ón por parte de la titularida­d. No conocían el contenido final del borrador presentado hace dos días, razón por la que han transmitid­o a EL MUNDO que necesitan

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ÁNGEL NAVARRETE El ministro de Consumo, Alberto Garzón, durante una comparecen­cia en el Congreso.

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