Servidores de la Nación y sucesión presidencial
Abuchearon al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y corearon “presidenta, presidenta, presidenta” cuando aparecióClaudiaSheinbaum,jefadeGobierno de Ciudad de México.
No fue difícil reconocerlos entre las 3 mil personas que acudieron al tercer Congreso Nacional de Morena, celebrado el pasado fin de semana.
Se trata de los Servidores de la Nación, la red más extensa de operadores político-electorales que tiene el país.
Fueronjóvenesreclutadosen2018parapromoverelvotoafavordeAndrésManuel López Obrador. Un año después se lesdiodealtaenlaSecretaríadeBienestar como funcionarios públicos, con un sueldoaproximadode9milpesosmensuales.
Ellos se encargaron de confeccionar los padrones del gobierno federal utilizados para repartir alrededor de 600 mil millones provenientes de los distintos programas sociales.
También son ellos quienes llevan el dinero en efectivo a las comunidades donde las personas beneficiarias, sobre todo adultas mayores, no cuentan con un banco cerca.
Actualmente este cuerpo de activistas políticos vestidos de empleados gubernamentales cuenta con 35 mil almas.
El senador Gabriel García Hernández fue quien recibió el encargo de Andrés ManuelLópezObrador,primerodeatraerlosa sucausayluegodepremiarlosconsuincorporación a la nómina del gobierno federal.
Como segundo en el mando de esta inmensa organización financiada con recursos públicos se encuentra José Alejandro Peña Villa.
A partir del año pasado Peña se encargó de crear los comités en defensa de la Cuarta Transformación, los cuales tuvieron un papel muy efectivo para nombrar representantes al recién celebrado Congreso de Morena.
En ese mismo evento Alejandro Peña Villafuenombradocomoelnuevosecretario de organización del partido oficial.
Él juega con Claudia Sheinbaum, como bien pudo notarse entre los aplausos y los abucheos.
Adán Augusto López aprendió una lección que Marcelo Ebrard tendrá igualmente que asumir: donde estén presentes esos servidores será mejor que no se aparezcan los demás aspirantes.
Zoom: para concluir esta magna obra político-electoral ya solo falta reformar aquellas leyes que aún consideran como delito “grave” el clientelismo pagado con nuestros impuestos.
—¿Hablas de esto con el Presidente? —Poco —reconoció—. No he tenido muchas pláticas sobre este tema. Seguramente las tendremos en algún momento. No creo que sea su estilo. Aquí el que no entienda solito o solita, se va a equivocar. —Esto, ¿no es para nuevos?
—¡No! —exclamó—. Tienes que conocer cuáles son los ritmos, cuáles son los tiempos y cuáles son las reglas, porque el que corre mucho luego se tropieza. Esto no es de velocidad, esto es un maratón —terminó, insistiendo en que lo ganará por Morena.
RETALES
1. NADA. En el primer intento en el Senado no pasó el dictamen para extender de 2024 a 2028 la presencia de las fuerzas armadas en seguridad pública. El bloque de contención contuvo y, para evitarladerrota,RicardoMonrealregresóeldictamen a las mismas comisiones que la víspera lo habían aprobado. Ahora tienen diez días para reponerlo y subirlo al pleno. A ver qué dice hoy AMLO;
2. ERROR. El de quien haya enviado a un camarógrafo militar a grabar la sesión del pleno de Reforma. No era necesario. Tienen al Canal del Congreso, no sé qué querían captar o qué querían significar. Como se vea, fue un error; y
3. MURO. Ayer el Presidente justificó que su palacio lleve año y medio amurallado y culpó y descalificó a las feministas, que, dijo, son las únicas que han llenado una vez el Zócalo en su contra. A ver, Presidente, si dice que son mujeres y que fue una sola vez, ¿por qué blindarlo con cientos de vallas desde hace 18 meses? No entiendo la explicación, quizá porque no hay explicación buena para esto.
Adán aprendió una lección que Ebrard igual tendrá que asumir
Nos vemos mañana, pero en privado