Abusó de menores obispo que recibió el Nobel de la Paz
Investigación periodística revela ataques sexuales de Ximenes Belo; el caso, en manos del Vaticano
El Vaticano investiga por supuesta pederastia al obispo Carlos Felipe Ximenes Belo y confirmó las sanciones al ganador del Premio Nobel de la Paz e importante figura en la lucha por la liberación de Timor Oriental.
El caso contra Ximenes Belo, que se encuentra actualmente en Portugal, fue destapado por la revista holandesa De Groene Amsterdammer, que entrevistó a dos supuestas víctimas.
“Todo está en manos de la Santa Sede y ellos están estudiante el caso. Publicarán pronto un comunicado", indicó a EFE el actual representante del Vaticano en Timor Oriental, Marco Sprizzi.
La Iglesia, que empezó a seguir el caso “por primera vez en 2019”, impuso sanciones disciplinarias al obispo en septiembre de 2020, precisó ayer el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
Entre las sanciones tomadas figuran “limitaciones a sus movimientos y al ejercicio de su ministerio, la prohibición de contactos voluntarios con menores y con Timor Oriental”, precisó en un comunicado el vocero del papa Francisco.
Ximenes Belo, de 74 años, se convirtió a principios de la década de los ochenta del siglo pasado en el representante de la Iglesia en Timor Oriental durante la violenta ocupación territorial por parte de las fuerzas de Indonesia, bajo el dictador Suharto.
En 1996 recibió el Premio Nobel de la Paz junto con el diplomático timorense José Ramos-Horta por su trabajo en favor de erradicar la confrontación y buscar la reconciliación en el pequeño país de mayoría católica enclavado en el archipiélago indonesio, donde la mayor parte de la población profesa el islam.
La Iglesia le impuso sanciones disciplinarias en septiembre de 2020
“Dinero por mi silencio”
Según una investigación propia del semanario de Ámsterdam, varias personas aseguran haber sido víctimas de abusos sexuales en su adolescencia por parte de Ximenes Belo.
“El obispo me violó y agredió sexualmente una noche. En la mañana se despidió (...) Y me dejó algo de dinero. Era para que callara”, relata una víctima, actualmente de 45 años, citada por la revista.
El obispo fue administrador apostólico de Dili, capital de Timor Oriental, de 1983 hasta 2002, cuando presentó su renuncia al papa Juan Pablo II alegando motivos de salud.